En una sesión prolífica en sanción de leyes económicas, y a instancias de la mayoría oficialista, el Senado amplió ayer el nivel de gasto del Presupuesto 2006 en 11.500 millones de pesos, prorrogó la vigencia de varios impuestos, avaló las modificaciones de Ganancias sobre los salarios de los petroleros y aprobó la creación de una unidad que recalculará las deudas hipotecarias. Al cierre de esta edición, la Cámara alta se aprestaba a sancionar la extensión de la emergencia económica por un año más, norma que otorga al Poder Ejecutivo amplias prerrogativas en el manejo de los recursos públicos y renegociación de los contratos de las privatizadas.

La ampliación del crédito presupuestario en rigor implicó un aval a lo que hizo el Poder Ejecutivo, que ya reasignó a su criterio los fondos recaudados por encima de lo pautado en la ley de presupuesto del año pasado por el equivalente al 11,4 por ciento. Este es, justamente, uno de los puntos señalados por la oposición (esta iniciativa se aprobó con 32 votos a favor y 20 en contra) para cuestionar esa ampliación: que el PEN tiene como mecánica habitual subestimar los recursos para luego gastar sin permiso parlamentario lo que recaude por encima de ese tope.

Para formalizar ese reparto del dinero –básicamente destinado a obra pública, aumentos salariales y subsidios–, la Jefatura de Gabinete optó por buscar la ratificación del Congreso en lugar de apelar al remanido recurso de los decretos de necesidad y urgencia.

En la misma sesión, los senadores sancionaron la iniciativa que permitirá excluir rubros asociados a viáticos alimentarios y de viajes del cómputo del Impuesto a las Ganancias que deben tributar los trabajadores petroleros. Otra parte del impuesto, hasta un tope de 600 pesos mensuales, la cubrirán las empresas empleadoras, en virtud del acuerdo que la semana pasada celebraron con el personal jerárquico de la producción.

El Congreso también extendió la vigencia de algunos impuestos como el denominado “al cheque” y el de emergencia sobre los cigarrillos, al tiempo que extendió la suspensión de dos ventajas tributarias patronales: la exención de Ganancias sobre reintegros y reembolsos a las exportaciones y la posibilidad de computar a cuenta de otros tributos el crédito por IVA de los compradores de bienes de capital. Finalmente reconvirtió en impuesto la tasa hídrica que se cobra sobre los combustibles, y que nutrirá un fondo hasta el 2029.

En la misma productiva sesión, los senadores avalaron la creación de una unidad de reestructuración de las deudas que los clientes del Banco Hipotecario contrajeron antes de la devaluación. Ese grupo de trabajo las recalculará en noventa días, de lo que podría resultar que en algunos casos algunas se den por canceladas. Mientras, quedarán suspendidas las ejecuciones y no correrán nuevos intereses.

Hacia el final de la jornada, el Senado se aprestaba a extender por un año más la vigencia de la Emergencia Económica declarada en el año 2002 y que, entre otras prerrogativas, le permite al Poder Ejecutivo rediscutir los contratos con las prestadoras de servicios públicos. La oposición, que tuvo como voz destacada al flamante titular del radicalismo, Gerardo Morales, se opuso a esa extensión con un argumento difícil de refutar: si los indicadores expresan una situación de bonanza económica no es sostenible la idea de que hay una “emergencia” que requiera delegar facultades legislativas.