A un día del final, el resultado parcial del Plan Bonos no era satisfactorio para el Gobierno. Hasta ayer, el nivel de aceptación del canje entre los bancos privados de primera línea promediaba el 10 por ciento, mientras que entre las entidades privadas nacionales y públicas alcanzaba al 15 por ciento. Sólo en los bancos suspendidos se acercaba el objetivo oficial: en torno del 30 por ciento de los ahorristas habían optado por los títulos públicos. En el Palacio de Hacienda, no obstante, creían que el desenlace podría mejorar, tomando en cuenta que ayer se notó una gran actividad en varias entidades financieras.
Frente a los decepcionantes resultados del Plan Bonos, cerca de Lavagna prometen resistir la presión de los banqueros para imponer un plan compulsivo, al estilo Bonex. “La cuestión ya es anecdótica. No existe ninguna chance de un bono forzoso”, aseguró a Página/12 un miembro del equipo económico. El funcionario admitió, en cambio, que se estudia la posibilidad de un aplazamiento en los vencimientos de los depósitos reprogramados, aunque al mismo tiempo advirtió que “ése es un reclamo de los banqueros que a nosotros no nos gusta. Si tomamos esa medida, iríamos otra vez contra de los intereses de los ahorristas”, apuntó.
De todos modos, en el Palacio de Hacienda aceptan que están evaluando medidas para atender el reclamo más importante del sector financiero. Desde los bancos extranjeros ya dejaron trascender que no tendrán dinero suficiente para cumplir con los vencimientos de los reprogramados –el año que viene los bancos deben pagar unos 10 mil millones de pesos–, y en Economía permitirán que los certificados de los plazos fijos (Cedros) sirvan para pagar deudas bancarias. “La idea es permitir una absorción de Cedros por parte del mercado. Evaluamos distintas alternativas, y ninguna de ellas tendrá costo fiscal”, señaló el funcionario a este diario.
La finalización del Plan Bonos es esencial para darle paso a la reestructuración del sistema financiero (ver nota aparte). Seguramente, el resultado adverso de la operatoria potenciará las presiones de los bancos para obtener un bono compulsivo o la re-reprogramación de los depósitos acorralados.
A diferencia de las jornadas anteriores, ayer hubo gran movimiento en los bancos. Incluso, varios de ellos establecieron horarios especiales para atender a los interesados en canjear depósitos reprogramados por los Boden. Por caso, el BBVA Francés extendió en una hora su horario de atención a quienes quisieron optar por los bonos, y en el Galicia trabajaron dos horas adicionales.
Para incrementar el atractivo del plan, un grupo de entidades financieras locales fijaron beneficios extra. En esta lista figuran los bancos Credicoop, Nación, Macro-Bansud y Banex (ex Banco de San Luis). En algunos casos, las entidades ofrecieron una garantía parcial de los bonos estatales, lo que le permitiría al cliente cobrar una parte del título público aun cuando el Estado declare la cesación de pagos sobre los Boden. A su vez, varios de los bancos nucleados en Abbapra plantearon acelerar la devolución de parte de los depósitos en pesos a aquellos clientes que se acogieran a los bonos.
Para las entidades, el plan resultaba beneficioso: el Estado se haría cargo de sus pasivos. Sin embargo, los bancos extranjeros boicotearon el proceso porque se jugaron a obtener un programa forzoso. La Secretaría de Defensa de la Competencia denunció al BankBoston por dar mala información, entidad que ayer hizo su descargo (ver aparte). Una fuente de Economía dijo a este diario que el Citibank también estaba bajo la lupa por su conducta frente al plan.