La Unión Obrera Metalúrgica promete picar en punta en la puja salarial que se avecina. Ayer, el secretario general del gremio, Antonio Caló, aseguró que el sector solicitará un aumento de sueldos de entre un 15 y un 20 por ciento en las próximas paritarias. Esa magnitud excede la pretensión del Gobierno, que se propuso que el tope de los incrementos sea del 13 por ciento, superando por algunos puntos la inflación prevista para el próximo año.

“Se viene un año áspero”, pronosticó el líder de la UOM, al referirse a las inminentes discusiones paritarias. Para el Gobierno, ese discurso es conflictivo. Desde los despachos oficiales se auspicia que, en términos salariales, el 2007 se parezca al año que está expirando. Durante 2006, el Ministerio de Trabajo logró cerrar acuerdos del 19 por ciento para los trabajadores y, de esa manera, anclar las expectativas inflacionarias. Junto con los acuerdos de precios impulsados por la dupla Felisa Miceli-Guillermo Moreno, aquel tope para los ajustes salariales funcionó como un freno a las remarcaciones de precios que amenazaban desde fines del año pasado.

La idea del Gobierno es que en 2007 pase algo similar. Que los trabajadores logren una recuperación de su salario real, pero de manera acotada. En la Casa Rosada no quieren que un destape en las paritarias se convierta en una excusa para que los empresarios remarquen la mercadería y se dispare la inflación. La carta brava que muestran en el Gobierno es que esa estrategia cautelosa dio resultados: haber fijado un tope de aumentos de los salarios permitirá, a su vez, cerrar el año con una inflación por debajo del 10 por ciento.

Ayer, la cartera que conduce Carlos Tomada difundió un informe en el cual se defienden las negociaciones colectivas como el mejor marco para la recuperación del poder de compra de los sueldos. Los principales puntos del informe son los siguientes:

- En el 90 por ciento de las negociaciones cerradas este año se lograron aumentos salariales.

- Estos ajustes posibilitaron que todos esos convenios quedaran por encima del valor de la canasta de pobreza de una familia tipo. En la actualidad, esa canasta tiene un costo de 879 pesos.

- Los trabajadores que mejor arreglaron fueron los bancarios, los camioneros y los de subtes. En esos tres casos, el salario de convenio superó en un 120 por ciento el valor de la canasta de la pobreza. Equivalen a sueldos de convenio de 1934 pesos.