Claudio Belocopitt, presidente de Swiss Medical, defiende el polémico acuerdo por las tarifas de las prepagas, que suben 6 por ciento, pero con pagos extra por prestación, o 23.
› Por David Cufré
Como un político en campaña o un vendedor frente a un cliente, Claudio Belocopitt, presidente de Swiss Medical Group, lanza argumentos y promesas para convencer de que el acuerdo entre el Gobierno y las prepagas es lo mejor que les podía pasar a los usuarios. “Sé qué es difícil de aceptar, pero la gente terminará ahorrando plata”, afirma. En este reportaje con Página/12, el empresario augura un futuro exitoso a los nuevos planes con copagos, que obligarán al afiliado a sacar plata del bolsillo cada vez que visite al médico, se haga un análisis o necesite una internación.
–Las prepagas no parecen haber resignado nada en el acuerdo con el Gobierno.
–No es cierto, para nada. Se trabajó en un esquema posible, en un sistema médico que funcione. Una cosa es decir lindas palabras, pero después al sistema hay que sostenerlo. Comercio Interior tiene todos nuestros números. No escondimos nada debajo de la mesa. Y nadie puede decir que este gobierno no defienda a los consumidores, porque los defiende hasta el límite. La creación de los copagos es el camino más sabio. Hoy parecen raros, difíciles de entender, pero es el instrumento que se usa en todo el mundo. A la larga, el gasto en salud cae y salimos todos ganando.
–¿Pero qué resignan las prepagas, si los afiliados deberán afrontar copagos o un aumento de tarifas del 23 por ciento?
–Resignamos mucho, porque crear el sistema de copagos es apostar a una transición. Nos obliga a una adaptación financiera violenta. Es una apuesta a un modelo de solución en el mediano plazo. Una cosa era contar en enero con un aumento de ingresos del 20 por ciento en promedio y otra es recibir 2 por ciento. La distancia es gigante.
–Pero aparecen los copagos, y deja de existir la prepaga como seguro de salud.
–Es como en el mercado de los autos. Hace 15 años la mayoría contrataba seguros contra todo riesgo, y hoy la mayoría elige sistemas franquiciados. El propio mercado se fue dando cuenta qué le convenía más, la misma gente fue optando por este modelo. La gente entiende y cambia. Es una cuestión cultural, que necesita un tiempo de maduración. El resultado hay que medirlo dentro de cinco años.
–¿Cuánto costará el permiso de cirugía?
–Los aranceles de los copagos los definirá la Superintendencia de Servicios de Salud en los próximos días, pero serían 150 pesos una sola vez.
–Y 100 pesos por día de internación.
–Hay que ver. Pero la tasa de internación que vos tenés es bajísima. ¿Cuántas veces te internaste en los últimos tres años?
–Ninguna, pero tengo menos de 40 años.
–El sistema funciona así. Mientras más años medís, la tasa de internación es más baja. Es una cuestión matemática. Con los años, la brecha entre una tarifa más alta con todo incluido y otra más baja con copagos se agranda. Técnicamente, es mejor optar por el copago. Sé que es difícil de aceptar, pero no tengo ninguna duda de que con los copagos el afiliado termina ahorrando plata.
–¿Qué pasa con la gente mayor?
–La lógica es que lo van a pensar más. Cada uno evaluará, pero a la larga también se verán beneficiados por una racionalización del sistema en general. Será más barato globalmente, porque caerán los costos.
–También bajaron los costos cuando las prepagas achicaron los descuentos en farmacia del 50 al 40 por ciento. Los afiliados perdieron ese beneficio y no obtuvieron nada a cambio.
–Son situaciones distintas. Cuando bajaron los descuentos en farmacia el país atravesaba una crisis en que la gente no tenía plata para afrontar las cuotas de las prepagas y había que buscar mecanismos para reducir la actualización de tarifas. Se aprobó la ley del Programa Médico Obligatorio (PMO), y allí bajaron los descuentos del 50 al 40 por ciento también para compensar los nuevos costos de ese régimen. Ahora estamos hablando de un cambio de modelo. Entiendo que el usuario se sienta perjudicado, pero cuando compare entre un aumento del 23 por ciento y otro del 6, y cuando vea los aumentos en los dos sistemas los próximos cinco años, comprenderá que con los copagos su gasto terminará siendo menor. Estoy seguro de que lo que hoy parece malo se entenderá con el tiempo que es bueno.
–¿De cuánto será el próximo aumento en los abonos de los planes sin copago?
–Será lo mismo que se había comunicado en su momento como suba para este año. En nuestro caso (Swiss Medical), 22,4 por ciento. El escenario es ya demasiado complejo como para producir un incremento superior. Y será el único aumento del 2007, en los dos abonos, en los planes con copago y en los nuevos planes de bienestar integral.
–Es decir que el afiliado, para conservar lo que tenía, deberá pagar un 23 por ciento más.
–En los planes de bienestar integral habrá nuevas prestaciones. Cada compañía hará lo suyo. Nosotros, que somos una empresa integral con seguros generales y de vida, vamos a incluir descuentos en esos servicios y un plan de cobertura de sepelio. Habrá una serie de adicionales, que se agregarán con el tiempo. Tendremos descuentos en gimnasios y un club de beneficios en cadenas de negocios. Estarán disponibles desde enero.
–¿Cómo quedan los planes que ya tenían contratados los usuarios?
–Recibirán un aumento del 2 por ciento en enero y entrarán en el régimen de copagos. Después habrá otros dos ajustes de 2 por ciento en marzo y 2 por ciento en mayo.
–En esos planes hay un cambio en las condiciones contractuales, porque hasta ahora tenían todo incluido y de acá en más deberán pagar coseguros. ¿Habrá juicios?
–No, por eso se tiene que reglamentar todo esto. No le modificamos el plan a nadie, porque de hecho el afiliado tiene la opción de hacer frente a la actualización del 22 por ciento y seguir como hasta ahora, sólo que con más prestaciones. Es decisión del cliente, no de la compañía. Si él quiere, tiene que firmar que acepta un plan con copagos y el abono aumenta 2 por ciento en enero y otro 4 por ciento más adelante.
–¿Qué pasará con los que ya pagaron la cuota de enero con una suba de 22 por ciento?
–Cuando el usuario quiera, podrá pedir una nota de crédito o el reintegro en efectivo. La opción siempre será suya. Lo único es que tiene que dar su consentimiento a un plan con copagos.
–¿Y qué pasará con la factura de febrero?
–Tendrá un aumento del 22 por ciento, y si el cliente acepta un plan con coseguros podrá pedir la diferencia. Seremos muy flexibles en los plazos para realizar la opción, porque ahora viene el verano y la gente necesita tiempo para pensar. Cuando quieran hacer el cambio, les devolveremos lo que pagaron de más.
–Si el sistema de copagos es más racional, como usted dice, ¿por qué habrá otro plan donde figure todo incluido?
–Porque siempre habrá alguien que lo quiera comprar, lo mismo que con los seguros de auto contra todo riesgo. La cuota en los planes integrales aumentarán cada año más que los otros. Habrá notables diferencias. Los planes integrales quedarán para un sector muy reducido con alto poder adquisitivo.
–¿Cuánto costó el nuevo sanatorio de Swiss Medical en Palermo?
–Casi 30 millones de dólares.
–Es una muestra de que la empresa gana plata.
–No, es otro tema difícil de explicar. Swiss Medical utiliza una cantidad equis de camas para cubrir la demanda de sus usuarios. Como consecuencia del desastre de la salud de los últimos años, con masivos cierres de clínicas, hay un faltante de camas impresionante, y más en el nivel que usan nuestros socios. Esto hace que tengamos enormes dificultades para conseguir camas y que los sanatorios donde las contratamos nos aumenten la tarifa. Con la inversión en el sanatorio buscamos bajar nuestros costos y mejorar la atención.
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