ECONOMíA
› PAUL O’NEILL DESINFLO LAS EXPECTATIVAS SOBRE UN INMINENTE ACUERDO
“Voy a conocer a la gente común”
El secretario del Tesoro, Paul O’Neill, descartó que su anunciada visita a Buenos Aires vaya a destrabar sin más trámite la esperada asistencia financiera. Insistió con que el Gobierno debe acordar con el FMI. Y volvió a minimizar la crisis argentina en relación a la situación de otros países.
El secretario del Tesoro norteamericano, Paul O’Neill, descartó que el viaje que realizará a Buenos Aires, en los primeros días de agosto, vaya a destrabar automáticamente un paquete de asistencia financiera para el país. “Viajaré para aprender, escuchar y comprender dónde es que ellos (los argentinos) están, qué es lo que está mal”, dijo O’Neill, tras concluir una gira por cuatro ex repúblicas soviéticas. En la misma línea, el subsecretario para Asuntos Latinoamericanos Otto Reich, quien recientemente pasó por Buenos Aires, dijo que Estados Unidos está dispuesto a ayudar a Argentina, pero sólo después de que el gobierno de Duhalde alcance un acuerdo con el Fondo Monetario.
O’Neill y Reich son los dos funcionarios clave de la administración Bush en las negociaciones por el salvataje financiero. Que ambos hayan salido a bajar las expectativas sobre la inminencia de un acuerdo es toda una señal, en especial porque el duhaldismo interpretó la visita de O’Neill como un seguro broche de oro a las negociaciones. Tampoco es casual que ambos funcionarios hayan insistido en que el gobierno de Duhalde –sea quien fuera el interlocutor, el ministro Roberto Lavagna o el titular del Banco Central, Aldo Pignanelli– deberá seguir conversando con los técnicos del FMI. De otro modo: alertan que, más allá de cualquier aval político que pueda dar Washington, será decisiva la opinión de los técnicos y de la comisión de notables que llegarán al país la próxima semana para evaluar el programa monetario.
De hecho, ayer un vocero del Fondo afirmó que el organismo nunca confió en el canje optativo de bonos de Lavagna. E insistió con que el Gobierno necesita imponer un “ancla monetaria” para evitar la hiperinflación (ver página 10). Traducido, hay dos posibilidades: o el FMI piensa redoblar las presiones para que el Gobierno adopte un bono compulsivo o insistirá con limitar la emisión monetaria, aún a costa del cierre de varios bancos.
Al hablar con la prensa de regreso a Washington, después de una gira de ocho días por cuatro ex Estados soviéticos, O’ Neill dijo que pretende hacer en Argentina y Brasil lo mismo que hizo en Ucrania, en Kirguistán y Uzbekistán, dos países de Asia Central, y en Georgia, en el Cáucaso.
“Voy a ir a aprender y a escuchar y a involucrarme en la comprensión de dónde están y lo que está sucediendo. También es importante para mí salir y hablar con la gente común, porque incluso si algunos de estos compromisos son relativamente cortos, se aprende mucho sobre lo que la gente siente y cómo han llegado a donde están”, explicó el secretario del Tesoro.
Cuando los periodistas le preguntaron si le preocupaba que su viaje a los dos países latinoamericanos pudiera aumentar las expectativas de que Argentina reciba pronto ayuda financiera, O’Neill restó importancia a esa idea y enfatizó que deseaba conocer de primera mano las condiciones de la región.
Luego, comparó la situación argentina con la de Georgia, dejando en claro que hay países que están peor y que por lo tanto podrían figurar delante en la escala de prioridades de Washington. “Si se piensa en la situación en Georgia, donde los ingresos son de un par de cientos de dólares al año, ¿cómo creen que eso se pueda comparar con Argentina, pese a que Argentina cayó en problemas?”, se preguntó O’Neill. “El ingreso anual de los argentinos es todavía de 3000 ó 4000 dólares anuales, así que ¿quién está más desesperado?, ¿quién necesita más ayuda?”, volvió a preguntarse. El jefe del Tesoro llegaría a Buenos Aires los primeros días de agosto, aunque todavía no se precisó la fecha. Vendría escoltado por su segundo, John Taylor, y permanecerá en el país apenas un día –a lo sumo un día y medio–, un plazo muy breve si se tiene en cuenta que, además de entrevistarse con el ministro Lavagna y otros funcionarios, tiene intenciones de conocer a la “gente común”, para evaluar la verdadera situación social del país.
Por su parte, Otto Reich aseguró que “Estados Unidos está dispuesto a ayudar a Argentina bilateralmente”, pero aclaró que sólo “después dealcanzar un acuerdo con el FMI”. “En el caos en que está sumida Argentina, el tipo de solución que llevará a una corrección duradera de los problemas de raíz es un acuerdo con el FMI”, afirmó Reich, quien sorprendió durante su reciente visita a Buenos Aires al enumerar una serie de atributos que debería tener, según la Casa Blanca, el próximo presidente de los argentinos.
En el equipo económico sueñan que una vez firmado un acuerdo con el Fondo, de refinanciación de los vencimientos de deuda con el propio organismo para lo que resta del año, organismos multilaterales, como el Banco Mundial y el BID, y gobiernos del Primer Mundo estarían dispuestos a otorgar nuevos préstamos al país, ya sean para ayuda social como para prefinanciación de exportaciones. Reich confirmó ayer esa posibilidad: dijo que la ayuda de Washington podría consistir en “una asistencia financiera bilateral y beneficios comerciales”.