En el Gobierno hay una fuerte preocupación por la disparada de los precios de los alimentos. Además de los taxis, las prepagas, los cigarrillos y los servicios turísticos, en los primeros días del año los encuestadores del Indec detectaron incrementos de entre 34 y 165 por ciento en productos de la canasta básica. Para los funcionarios, el dato es alarmante porque empieza a consolidarse una tendencia de sostenidos aumentos en bienes de consumo masivo. En noviembre y diciembre, los alimentos escalaron más que la inflación. En este marco, una alta fuente del Ejecutivo reveló a Página/12 las propuestas que se pusieron sobre la mesa para resolver esta urgencia: desde una nueva restricción a las exportaciones de carne, que por el momento no prosperó, hasta un ajuste adicional en las retenciones.

En diálogo con este diario, funcionarios de Economía admitieron que la inflación de este mes viene “picante”. Se resisten a los pronósticos, pero no descartan que supere el 1,3 por ciento de enero 2005. En todo caso, lo más preocupante es que los alimentos son los que lideran las subas. Durante la primera semana de enero, y de acuerdo con un informe al que accedió Página/12, las verduras volvieron a encabezar el ranking de incrementos. Y en especial, los siguientes productos:

- Lechuga: 165 por ciento, a 6,90 pesos por kilo.

- Limón: 96 por ciento, a 4,32 pesos.

- Zanahoria: 51 por ciento, a 2,10 pesos.

- Tomate: 34 por ciento, a 3,08 pesos.

Salvo en el caso de la lechuga, cuyo precio refleja el anegamiento de campos cultivados por fuertes lluvias y tornados, en el Palacio de Hacienda existe preocupación por lo que consideran un “abuso” de la cadena minorista frente a la expansión del consumo. Sostienen que pequeños y grandes comercios remarcaron sin una razón válida. En las verdulerías, la evaluación es otra: argumentan que en el Mercado Central, a pesar de las solicitadas que los avalan, los precios de referencia no se consiguen.

Si el mes terminase ahora, el extraordinario repunte de aquellos cuatro productos (lechuga, limón, zanahoria, tomate) incidiría en un alza de 0,7 punto en la inflación.

La carne también volvió a salirse del carril en las últimas semanas. En lo que va de enero, el incremento fue del 2 por ciento en promedio. Los cortes que más subieron fueron el asado y el matambre, a pesar de que el primero de ellos forma parte de los acuerdos de precios.

El repunte de los precios de los alimentos y de la carne en particular reavivó una interna en el Gobierno. El hecho de que bienes de la canasta básica sean los que encabecen las subas enfrentó propuestas de Felisa Miceli y de Guillermo Moreno. El secretario de Comercio quiso volver a restringir las exportaciones de carne, de manera de aplacar los encarecimientos, en medio de un repunte del 6 por ciento del consumo interno durante el último trimestre. La idea era reducir las ventas al exterior en un 27 por ciento. La ministra de Economía se opuso. Fuentes de esa cartera señalaron que confían en una “autorregulación” por parte de los exportadores cárnicos, como forma de asegurar el abastecimiento interno y de contener los precios.

El pollo es otro de los productos que viene con un aumento importante, del 6 por ciento en las últimas dos semanas. Por ese motivo, Moreno rubricó un nuevo acuerdo con los productores para que el kilo de pollo se venda al público entre 4,0 y 4,20 pesos, por debajo de los 4,80/5,0 que se ofreció durante las fiestas. Se espera que hacia el fin de semana, una cadena de supermercados lo comercialice entre 3,30 y 3,40 pesos el kilo.

La suba de las retenciones a las exportaciones de soja y sus derivados fue la última iniciativa para contener los precios internos. Néstor Kirchner se inclinó a último momento por esta medida, postergando otra que extendía el aumento impositivo también al trigo y al maíz. Al final, los cereales quedaron al margen del ajuste, con las mismas retenciones que hasta ahora. El jefe de Estado quiso enviarle una señal al campo de que el aumento de impuestos pretende ser limitado.

Sin embargo, en Economía no descartan volver a la carga en caso de que sea necesario. En los despachos oficiales dejan en claro que si los precios de los alimentos básicos no se planchan, elevarán las retenciones otra vez. “No nos volverá a pasar”, admitió un alto funcionario.

En el año electoral, el súbito repunte de los precios de los alimentos sacudió la interna oficial. Miceli dejó trascender que la estrategia del secretario de Comercio Interior no está logrando los objetivos buscados, de mantener estable la canasta básica. Y que el secretario, con su actuación, distorsiona los precios. Moreno no coincide con esa visión. Argumenta que en todos los convenios firmados se garantizó la estabilidad en el margen de rentabilidad de las empresas. Y que para intentar mantener controlada la inflación puso sobre la mesa medidas adicionales, como la suba de retenciones o las restricciones a las exportaciones de carne.

Si hasta hace un par de semanas en el Gobierno había satisfacción por la inflación controlada de 2006, el inicio del nuevo año llegó con un escenario bien diferente.