A última hora, el gobierno nacional informó anoche la renuncia del secretario de Agricultura y Ganadería, Miguel Campos, cuyo puesto será ocupado por el hasta ayer subsecretario de la misma área, Javier De Urquiza. El desplazamiento de Campos, sobre el cual apenas se informó que obedecía a “cuestiones de funcionamiento”, se produjo justo en la víspera del encuentro previsto entre las cuatro entidades del campo y el jefe de Gabinete, que reanudaría así el diálogo con ese sector, interrumpido desde antes del último paro de actividades dispuesto a principios de diciembre pasado por dos de dichas organizaciones. En cambio, también en horas de la noche, aunque en forma extraoficial, fue desmentida la versión sobre la renuncia de Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, en cabeza de quien recaería la responsabilidad por el conflicto suscitado en torno de las mediciones de precios que realiza el Indec.

Campos es uno de los pocos secretarios que permanece en el cargo desde que Roberto Lavagna estaba al frente de la cartera económica. El otro funcionario de igual nivel que se mantiene en su puesto desde entonces es Oscar Tangelson, secretario de Política Económica. Ya antes de la salida de Lavagna, Campos mantenía una situación de enfrentamiento irreconciliable con la dirigencia agropecuaria y parte de la industria agroalimentaria. El consorcio exportador de carnes, que reúne al sector más concentrado de industriales frigorífico, llegó incluso a denunciarlo judicialmente por la adjudicación de la cuota Hilton (cupos de exportaciones de alto valor a la Unión Europea), que favoreció a establecimientos medianos en detrimento de los grandes. La Justicia lo sobreseyó, pero los grandes industriales no.

La dirigencia agropecuaria, especialmente Confederaciones Rurales Argentinas, lo descalificó permanentemente al no considerarlo un interlocutor válido y acusándolo, además, de ser un “mal asesor” del Presidente en materia agropecuaria. En cambio, el sector siempre mantuvo una relación privilegiada con De Urquiza, un ganadero de Santa Cruz que además fue dirigente de CRA de esa zona patagónica. Prácticamente desde el primer paro del campo, en mayo del año pasado, el secretario renunciante había desaparecido de las negociaciones con las entidades.

De Urquiza, en cambio, mantuvo siempre líneas abiertas de comunicación con las entidades, aun en los momentos de mayor tensión en la relación con el Gobierno. Tiene, además, una relación privilegiada con Guillermo Moreno, hombre clave en las negociaciones que involucren a los precios en los mercados agropecuarios y que cuenta, además, con el respaldo de Julio De Vido.

La renuncia de Campos se produjo justo la noche anterior al encuentro previsto de las cuatro entidades –CRA, Sociedad Rural, Coninagro y Federación Agraria– con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y ahora seguramente con Javier De Urquiza. Hasta ayer se especulaba si Felisa Miceli participaría o no en el encuentro en Casa de Gobierno, pero se daba por descartada de antemano la presencia de Campos.

Al menos dos de las cuatro entidades del sector recibirán con satisfacción el dato sobre el cambio producido en el ámbito de Agricultura, lo que aportará a mejorar el clima en la reunión de hoy. Campos se caracterizaba por una postura más intervencionista en los mercados que la que postula su sucesor. En este sentido, aparecía más emparentado con las posiciones de Miceli, mientras que De Urquiza se acerca más a las posturas más negociadoras de De Vido.

En cuanto a la posición de Moreno, los rumores sobre su alejamiento surgieron casi naturalmente después de los últimos movimientos producidos en el Indec. Sin embargo, anoche se aseguró que por ahora sigue en su cargo.