Un grupo heterogéneo de 250 economistas y otro de 120 profesionales y estudiantes de estadística elaboraron sendos manifiestos muy críticos al manoseo que hizo el Gobierno en el Indec.

La declaración de los economistas, entre los que aparecen colados de otras profesiones como Natalio Botana, Marcelo Cavarozzi, Manuel Mora y Araujo y Vicente Palermo, comienza señalando “alarma y preocupación por el desplazamiento de la funcionaria a cargo de la Dirección de Indice de Precios al Consumo y sus implicancias respecto de la calidad, continuidad y transparencia de un indicador de tanta relevancia”. Subraya el “daño a la credibilidad” de la institución y aboga por la necesidad de “preservar la confianza”. En cuanto a la manipulación del índice de enero, sostiene que “la introducción de cambios en la metodología de cálculo en función de necesidades coyunturales y sin respetar criterios técnicos amenaza tirar por la borda esfuerzos realizados durante largos años”.

El manifiesto fue redactado por Juan José Llach, ex ministro de Fernando de la Rúa y viceministro de Economía durante el menemismo, por Guillermo Rosenwurcel (miembro del equipo de José Luis Machinea) y por el académico Alfredo Canavese. Entre sus 250 adherentes hay economistas de orientación muy diversa: desde el hiperliberal Alberto Benegas Lynch, hasta muy afines al Gobierno como Roberto Frenkel; hay progresistas como Saúl Keifman, Guillermo Vitelli y Gabriel Bezchinsky, clásicos gurúes de la city como Ricardo Arriazu, Daniel Artana, Miguel Angel Broda y Javier Alvaredo, otros ex funcionarios como Pablo Gerchunoff, algunos con aspiraciones políticas como Javier González Fraga y prestigiosos académicos como Daniel Heymann. El manifiesto completo está disponible en Internet en linksarg.com.ar/cuidemosalindec.

Hubo varios que se negaron a adherir. Uno de ellos fue Miguel Bein, ex viceministro de Machinea, quien, pese a haber objetado públicamente lo hecho por el Gobierno, consideró que el documento no era apropiado. Otro se automarginó para no aparecer junto a colaboradores de Cavallo, que en su reinado desarmó un equipo que en el Indec se dedicaba a la pobreza y toleró que se mandara a una socióloga que se ocupaba del tema “a lavar los platos”.

El manifiesto de unos 120 profesionales y estudiantes de la licenciatura de Estadísticas se titula “El Indec con pronóstico reservado. La profesión vapuleada”. Comienza expresando “profunda preocupación por el hecho de que la disciplina esté sometida a juicio a raíz de los hechos de dominio público ocurridos en el Indec”, agrega que “la credibilidad de las cifras e indicadores que genera el Indec se han visto afectadas, y lo serán más aún en el futuro si la situación generada no se ve correspondida por decisiones que tiendan a resolverla perentoriamente”, y solicita a “las autoridades que reflexionen sobre la situación que se ha planteado”.