“Si tienen interés en que los granos lleguen al puerto, que nos llamen”, advirtió Rubén Agugliaro, titular de la cámara de transportistas de carga que lidera un lock out desde hace dos días. La medida de fuerza tuvo ayer un alto acatamiento y el conflicto amenaza con extenderse, ya que las partes en pugna aún no iniciaron negociaciones formales y el paro fue dictado por tiempo indeterminado. Los camioneros analizan movilizarse pasado mañana a Plaza Mayo, para darle todavía mayor visibilidad a su protesta. Reclaman un aumento en las tarifas de los fletes de cereales, trabajo por el que cobran entre 26 y 30 pesos la tonelada, frente a una pretensión de 65. Existe preocupación en el Gobierno y entre los productores agropecuarios.

El lock out afecta el transporte de cereales en un momento clave, cuando está empezando la cosecha. La Sociedad Rural emitió ayer un comunicado en el que advierte que el paro decretado por Catac (Confederación de Transporte Automotor de Cargas), con adhesión de otras cámaras de camioneros en varias provincias, “pone en riesgo la mayor fuente de divisas del país: la exportación de granos y oleaginosos”. Según la entidad, la actitud de los dueños de camiones, respaldada por Hugo Moyano, podría ocasionar “serios e irreparables perjuicios económicos a los productores rurales”, ya que no pueden cosechar. El 85 por ciento de la cosecha se transporta en camión.

En diálogo con Página/12, Agugliaro, titular de Catac, respondió a ese comunicado con la declaración que abre esta nota. Y descargó la responsabilidad del conflicto en las bolsas de cereales, en los exportadores, en las entidades ruralistas y en el Gobierno. “Desde diciembre que nos vienen haciendo perder el tiempo. No podemos esperar más”, se quejó, en referencia a la negociación infructuosa que se inició a fines del año pasado por una actualización de las tarifas del transporte. “El campo crece y nosotros estamos más pobres que nunca”, denunció.

Agugliaro sostuvo que hasta el momento no hubo avances en las negociaciones. “Lo que se paga por flete es verdaderamente irrisorio”, afirmó. Son entre 26 y 30 pesos la tonelada en recorridos de 300 kilómetros, contra los 65,30 que pide Catac. La Secretaría de Transporte difundió ayer las conclusiones de un estudio sobre cuál debería ser la tarifa de ese trabajo, en base a una estimación de costos de los camioneros: estimó que deberían ser 63,6 pesos la tonelada por 300 kilómetros. Pero ese dictamen no es vinculante. El organismo convocó a una mesa de diálogo para estudiar soluciones de fondo al problema del transporte. Las partes interesadas tienen hasta el martes para inscribirse.

Catac reclama que los 65,3 pesos sean una tarifa permanente, es decir, que no baje luego del período más intenso de trabajo. Agugliaro sostuvo que ese punto y “la obligatoriedad de que el flete se pague en destino para que el camionero sepa cuánto cobra y la AFIP tenga la información correcta de cuánto grano se entrega en blanco, en gris o en negro, son excluyentes para levantar el paro”.