Según destacó ayer el ministro de Planificación, Julio De Vido, hoy los inversores argentinos son responsables del 52 por ciento de la generación eléctrica del país. Esto equivale a decir que, luego del proceso de privatización de la década pasada, ese recurso estratégico está en su mayoría en manos locales. A ese dato de significación política se le suma otro sobre la buena perspectiva de un negocio al que se entra comprando activos relativamente baratos y un marco de ingresos crecientes.

El nuevo mapa de la generación local –que desde el 2003 les habría permitido a los jugadores locales subir veinte puntos, desde una participación del 32 por ciento– fue descripto por el ministro de Planificación durante un acto de anuncio de nuevas inversiones en el rubro que hizo Sadesa. Se trata de la compañía conducida por el ex presidente de Quilmes Carlos Miguens, que hoy tiene un papel protagónico en este segmento energético.

Su irrupción en el mercado se dio con la compra de la Central Puerto a Total por 616 millones de dólares, luego de lo cual también ganó participación en El Chocón, Hidroeléctrica Piedra del Aguila, centrales térmicas Mendoza y Central Ensenada. Ayer prometió reforzar la apuesta con un programa de inversiones de 650 millones de dólares en el próximo lustro, que incluyen la ampliación de la capacidad generadora de Central Puerto y la construcción de una central hidráulica, que permitiría generar otros 400 megawatios. “La idea es buscar combustibles alternativos al gas”, sentenció el ministro, entre los que incluyó el fuel y el carbón.

“A partir de esta inversión, está en manos argentinas el 52 por ciento de la generación eléctrica, un sector absolutamente estratégico, sin que se le haya violado la seguridad jurídica a nadie, sin que se haya violentado ningún contrato”, destacó De Vido. La realidad es que varias empresas extranjeras, como las francesas EDF y Total o la norteamericana CMS, decidieron vender luego de que la Emergencia Económica congelara las tarifas, entre otros retoques que limitaron su negocio.

Otro actor destacado de la generación es Marcelo Mindlin, quien llegó al sector a través del Fondo Dolphin. Primero con la compra de la participación en la transportadora Transener y luego con otra en la distribuidora Edenor. De inmediato, y a través de Pampa Holding, se alzó con las hidroeléctricas mendocinas Nihuiles y Diamantes, la térmica Güemes y la Central Loma de la Lata. Pero también hay otras empresas locales que resolvieron producir energía eléctrica para sí mismas o terceros, según los casos. Entre ellas Albanesi, Capex, Aluar, Siderca (Techint), Holdtec y Ame-ghino. El estímulo, en estos casos, fue el plan oficial Energía Plus que obliga a las industrias a procurarse la electricidad que demanden por encima de la que consumieron en el año 2005 y al precio que la consigan, libre de cualquier regulación.