Para intentar revertir el aumento de hasta 15 por ciento registrado en las carnicerías, el Gobierno cerró ayer un acuerdo con los frigoríficos nucleados en el Consorcio de Exportadores de Carne (ABC, según sus siglas en inglés), quienes se comprometieron a destinar 1000 toneladas al mercado interno a través de los supermercados ubicados en Capital y Gran Buenos Aires. Mario Ravettino, presidente de ABC, afirmó a Página/12 que “si bien el aporte equivale sólo a dos o tres días de consumo, lo que se busca es generar un shock que ayude a morigerar la suba de precios de los últimos días”. A cambio, aseguró que la Secretaría de Agricultura les garantizó una exportación de 40 mil toneladas de carne en marzo y la agilización en el otorgamiento de los registros de exportaciones. El anuncio llegó en medio de una fuerte polémica entre productores y carniceros, quienes se acusan mutuamente por la suba de precios.

Ravettino confirmó que el aporte de los frigoríficos exportadores surgió como consecuencia de un pedido formulado ayer por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien busca atenuar el impacto que tendrá la suba de la carne en el índice de inflación de marzo. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, volvió a dejar en claro la voluntad política del Gobierno para frenar los aumentos en el sector: “Es una lucha en la que no hay que aflojar, porque hay pícaros que trabajan en contra de la gente, quieren que los precios de las exportaciones imperen en el mercado interno, pero hay que buscar un mecanismo racional para que la Argentina no se desmadre en materia inflacionaria”, indicó.

Al ser consultado por este diario sobre los precios a los que entregarán los cortes a los supermercados, Ravettino señaló que ese dato recién se definirá hoy a la mañana en una reunión que mantendrán los frigoríficos que integran ABC, entre quienes se destacan Swift Armour, Arre Beef, Friar, Consignaciones Rurales, Gorina y Paladini. No obstante, adelantó que “será a precios sensiblemente menores a los del mercado”.

Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, señaló a Página/12 que “ojalá logren bajar los precios, pero mi experiencia me indica que lo que sube nunca baja”. El empresario recordó además que “en enero también anunciaron un aporte de mil toneladas, pero sólo llegaron a los mostradores algunos pecetos”. En esa oportunidad, también fue Moreno quien decidió pedirles ayuda a los exportadores para contener los precios.

Las causas que motivaron la suba de la carne provocaron ayer un duro enfrentamiento entre productores y carniceros. Hugo Luis Biolcati, vicepresidente de la Sociedad Rural, sostuvo que el aumento de precios del ganado en pie “es momentáneo” debido a la falta de oferta provocada por las “intensísimas lluvias” de la semana pasada y el “paro salvaje” que protagonizaron los camioneros, por lo cual “los carniceros deberían comerse la suba y hacer un análisis de conciencia. Sin embargo, nos tienen acostumbrados a este tipo de movimientos que repercuten en la opinión pública”.

Williams, en cambio, sostuvo: “No nos apuramos a aumentar. El valor de la carne a nivel mayorista venía subiendo lentamente desde hace veinte días y el lunes se fue por las nubes. Los que no cumplen con los precios sugeridos son los ganaderos”. Sin embargo, no descartó que algún comerciante haya aprovechado la oportunidad para recomponer o ampliar sus márgenes de ganancia a costa de los consumidores. “Puede ser, los santos están en la iglesia”, aseguró.

Los reproches cruzados entre los distintos eslabones de la cadena de la carne son una práctica común del sector. Antes de restringir las exportaciones en marzo de 2006, el Gobierno impulsó en varias oportunidades acuerdos entre productores, frigoríficos, carniceros y supermercados para garantizar la estabilidad de precios de los cortes populares, pero todos fracasaron porque la carne siguió subiendo mientras los empresarios se acusaban unos a otros de no haber cumplido.

La alianza con ABC, el principal consorcio exportador, expresa la estrategia seguida en los últimos tiempos, pues desde que se comenzaron a flexibilizar las exportaciones cada vez que surgió un conflicto por el precio de la carne, el Gobierno buscó apoyo en el sector más fuerte de la cadena, el cual ha venido obteniendo ganancias extraordinarias debido al diferencial de precios existente entre los valores a los que cotiza la carne en el mercado mayorista local y los precios que se pagan en el escenario internacional.