“El Fondo ya es historia, porque le dijimos ¡Chau! ¡Chau, no nos hagas más daño, ya no podés!”, arengó ayer Néstor Kirchner durante un acto público en Puerto Madryn, donde inauguró un gasoducto costeado con recursos nacionales. Aunque esta vez sin el corte de manga que insinuó en la apertura de las sesiones legislativas, el Presidente volvió a desechar la posibilidad de acceder al reclamo estadounidense de que Argentina cierre algún acuerdo con aquel organismo como condición para poder cancelar la deuda pendiente con el Club de París. Desde la misma tribuna, recriminó a los economistas que hoy cuestionan su política y antes promovían el alcahuetismo del poder económico trasnacional.

En esta ocasión, el escenario de la vehemente prédica presidencial fue la ciudad en la que los turistas gozan del avistaje de ballenas. Allí el mandatario repasó los logros macroeconómicos de su gestión, que incluirían “un crecimiento del 40 por ciento... un ahorro de 70 mil millones de pesos”... y acumulación de “reservas por 36 mil millones” y desechó considerar siquiera un nuevo acuerdo con el FMI.

Este eventual pacto es uno de los reclamos de Washington para poder formalizar una propuesta de pago de la deuda de 6500 millones de dólares aún pendiente con el Club de París, núcleo que integran Estados Unidos, Europa y Japón. La aspiración del Gobierno es saldar aquella obligación, como un paso más en la regularización de los compromisos externos, tras la renegociación con la mayor parte de los acreedores privados.

La alternativa de acordar con el FMI también fue descartada formalmente por la ministra de Economía, Felisa Miceli, en una carta dirigida al presidente del Club de París, Xavier Musca, en la que sentenció que “es imposible que Argentina haga un acuerdo contingente con el Fondo porque le pagamos adelantado a ese organismo para tener la posibilidad de continuar implementando políticas económicas autónomas”. En la misma nota, la funcionaria rechazó usar las reservas internacionales de Argentina para honrar ese compromiso.

“Hay algunos que todavía sueñan con los enviados del Fondo Monetario Internacional que venían a tirarnos de las orejas a la Argentina”, señaló Kirchner. Fue una introducción al cuestionamiento que, omitiendo nombres, formuló hacia “algunos economistas, empleados de consultoras externas, partes del quiebre del país y que nos humillaron en los ’90, que se ponen mal porque a la Argentina le va bien”.

Kirchner se mostró junto al gobernador de Chubut, Mario Das Neves, en las obras de ampliación del acueducto de agua potable Puerto Madryn-Trelew que, a partir de una inversión de 55 millones de pesos que hace la Nación, beneficiará a alrededor de 100 mil personas. “Siguen las inversiones en Chubut sin importar el color político”, aseguró Kirchner.