La economía arrancó el 2007 con la misma intensidad de crecimiento con que había finalizado el 2006. La actividad registró en enero una expansión del 8,4 por ciento en relación con igual mes del año pasado. Con ello, se llegó a la marca de 50 meses consecutivos con avances interanuales. Los pronósticos de los consultores privados coinciden en que el crecimiento del año rondará entre 7,5 y 8 por ciento, el doble de lo estimado por el Gobierno a través del Presupuesto. El propio presidente del Banco Central, Martín Redrado, dijo esta semana en la asamblea del BID que el PIB mostraría un alza de 7,7 puntos, contra la estimación de 7,4 que había realizado previamente la entidad. El consumo, la industria y la agricultura asoman como los motores de la expansión.

El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que elabora el Indec, mostró un resultado neutro en enero con respecto a diciembre. No obstante, el organismo advirtió que ese resultado está “fuertemente influido” por los desempeños de la industria y la construcción, cuyos valores en los dos primeros meses del año acusan el impacto del período de vacaciones. Por lo tanto, el Indec recomienda analizar el bimestre en su conjunto para despejar ese factor estacional. En diciembre, el EMAE también había dado 0 respecto de noviembre.

En la comparación interanual, en cambio, el crecimiento de enero fue de 8,4 por ciento, lo que en buena medida se explica por el arrastre de los meses previos.

El Gobierno elaboró el Presupuesto para 2007 con una proyección de crecimiento de 4 por ciento, cifra que en septiembre de 2006, cuando el proyecto llegó al Congreso, ya era evidente que estaba subestimada. Es lo mismo que ocurrió desde 2003 en adelante, primero con Roberto Lavagna como ministro de Economía y luego con Felisa Miceli. La oposición denunció que se trata de una maniobra sistemática para ocultar ingresos –a mayor crecimiento económico, mayor recaudación impositiva– para administrar los excedentes sin intervención del Congreso.

En la comparación histórica, el EMAE se sitúa en términos desestacionalizados un 47,7 por ciento por sobre marzo de 2002, cuando se registró el punto más bajo de la crisis. El índice también se ubica 16 puntos por encima del pico histórico anterior, de mediados de 1998. A pesar de ello, y de la fuerte caída que registró en los últimos cuatro años, la pobreza todavía se encuentra por arriba de los niveles de los noventa (ver nota aparte). Según estimaciones del Ministerio de Economía, con el actual nivel de crecimiento, el PIB per cápita se encuentra 7,5 por ciento por encima del anterior máximo histórico de 1998.

El análisis sectorial muestra que los bienes experimentaron un alza de 7,6 por ciento, dentro de la cual se destaca la suba interanual del subsector pesca con un crecimiento del 25,7 por ciento. Economía subrayó que “el sector agropecuario se expandió 5,1 por ciento, mientras que en el primer mes de 2006 había experimentado una contracción de 1,2 por ciento”. En tanto, la industria mostró un alza de 6,9 por ciento, y el sector servicios mejoró 8,5, impulsado por la intermediación financiera (18 por ciento), transporte y comunicaciones (13,8 por ciento) y comercio exterior (10,6 por ciento).

La agricultura aparece como uno de los sectores que sostendrá el crecimiento este año. Desplazaría de ese lugar a la actividad de la construcción, que si bien seguirá creciendo, lo hará a un ritmo más lento que en el primer semestre de 2006. Se espera una cosecha record, que tendrá todavía mayor peso en las mediciones por los problemas de sequía de fines del año pasado. El consumo y la industria también serán pujantes, de acuerdo con las estimaciones de los analistas. En 2003, el PIB creció 8,8 por ciento, un año más tarde fue 9,0 por ciento, en 2005 anotó 9,2 y el año pasado, 8,5.