Los bancarios acordaron ayer un aumento del 14 por ciento. Metalúrgicos podría cerrar hoy. La Fraternidad y neumáticos, con paros para la semana que viene.
› Por Cledis Candelaresi
El tope del 15 por ciento para los incrementos salariales que oficiosamente impuso el Gobierno está funcionando como una referencia ineludible de las paritarias en marcha. Los metalúrgicos cerrarían hoy un acuerdo sobre esa pauta, mientras que ayer los bancarios sellaron acuerdos con parte de la banca, comenzando por la que lidera Jorge Brito, que implican ajustes del 14 por ciento hasta fin de año. Los maquinistas ferroviarios, en tanto, anunciaron un paro para el próximo miércoles –víspera de su próxima reunión convencional– en reclamo de un 20 por ciento. La misma aspiración original de los trabajadores de la UOM y de los bancos, pero con una singularidad: aunque los conductores no son empleados públicos, cualquiera sea el ajuste salarial que consiga La Fraternidad lo pagará directamente el Estado que, previsiblemente, hará funcionar aquel límite.
También los trabajadores del neumático están apoyando sus reclamos con una medida de fuerza a partir del próximo martes, pero por cuarenta y ocho horas. El reclamo es en protesta por la intransigencia de Bridgestone, Fate y Pirelli en el marco de la discusión salarial.
Los bancarios firmaron a media tarde con dos de las cámaras patronales, Adeba (bancos de capitales privados nacionales) y ABE (banca especializada) una suba del 14 por ciento sobre las remuneraciones brutas de febrero y a percibir con el sueldo de este mes. El gremio que conduce Juan José Zanola también admitió que el incremento no se adicione a una suma fija no remunerativa de 300 pesos que percibieron sus afiliados durante enero y febrero, sino que la absorbe. De esto resulta que parte (o casi todo) ese ajuste ya se está pagando y, a su vez, que nadie recibirá un aumento menor a esa cifra. Desde agosto se irá transformando gradualmente en remunerativa hasta diciembre.
Con ABA (bancos extranjeros) y Abappra (provinciales y Credicoop) la discusión seguirá hoy, en parte trabada por la compleja instrumentación de cualquier acuerdo a la hora de respetar las diferencias por categorías. Pero difícilmente se clausure en términos muy diferentes.
Como resultado de un cónclave preparatorio que hubo ayer en Trabajo con representantes de la Unión Obrera Metalúrgica y los especialistas legales de las varias cámaras empresarias del sector, Carlos Tomada decidió reunir a las 14 de hoy a los titulares del gremio y de las asociaciones patronales. La idea sería formalizar un acuerdo ceñido o próximo a la pauta oficial, que partiría las diferencias: hasta ahora el gremio reclamó un 20 y los empleadores ofrecieron el 10. De concretarse, se habría sellado un acuerdo estratégico por su valor de referencia para el resto de las negociaciones, en poco tiempo y sujeto al molde gubernamental.
Es posible que finalmente tome un rumbo similar la paritaria de los conductores de locomotoras, que podría ser rectora de la que concreten luego la Unión Ferroviaria y los señaleros en un par de meses. Anticipándose a la reunión que tendrán el próximo martes, La Fraternidad dispuso un paro para el día siguiente en reclamo de un incremento salarial del 20 por ciento y la reducción de la jornada de trabajo de las ocho horas actuales a siete, a partir del 1º de abril de este año, y a seis, desde el mismo día del 2008.
La particularidad de esta puja es que si bien en ellas intervienen las empresas concesionarias del servicio ferroviario de pasajeros y carga, quien tiene la última palabra en la cuestión es la Secretaría de Transporte. El Estado paga a las empresas operadoras una subvención operativa que se fue incrementando en la medida que las tarifas permanecen congeladas y los costos de la explotación crecen. Estas privatizadas tienen el privilegio relativo de que se les reconozcan los mayores costos en cada uno de los rubros, incluido el salarial. Según aseguran las empresas, desde 2003 el renglón de remuneraciones habría subido un 252 por ciento entre salarios y cargas sociales, erogación íntegramente cubierta con fondos estatales. Es por eso que el secretario Ricardo Jaime tendría una participación no formal pero sí protagónica en la defensa de que los aumentos no superen el 15.
De a poco, el marco global de las paritarias va convalidando esa regla no escrita a la que se ciñeron las primeras convenciones del año, firmadas por los trabajadores del tabaco, del vidrio y del vino. El resto amaga seguir idéntico camino, para satisfacción de la Rosada.
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