Se suponía que la elección de Alejandro Barrios como nuevo director del Indec debía resolver la crisis gremial dentro del organismo. Barrios era hasta su designación un miembro destacado del cuerpo de delegados del Instituto. Formaba parte de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), que encabeza el conflicto con el Gobierno por la “manipulación” del índice de precios. Sin embargo, el economista y dirigente sindical perdió repentinamente el apoyo de un sector de sus antiguos compañeros, quienes ahora amenazan con renunciar en masa porque consideran que Barrios fue en contra del mandato de la asamblea de trabajadores. Lo que era calma se convirtió en convulsión, al punto que surgieron versiones sobre una eventual renuncia de Barrios. De manera extraoficial, allegados al designado funcionario negaron que vaya a dar un paso al costado.

La pelea entre Barrios y la cúpula del cuerpo de delegados del Indec empezó el viernes por la tarde y se profundizó ayer. El nuevo director hizo aquel día una recorrida por los pasillos del organismo: conversó con trabajadores administrativos, encuestadores y técnicos sobre cuáles son sus planes para sacar adelante al Instituto. Les contó que en treinta días elevará un plan estratégico a Felisa Miceli que contempla la convocatoria a concursos públicos para renovar los cargos vencidos e incluye un capítulo gremial, para pasar a planta permanente a los contratados y elevar los salarios. Pero admitió que no tiene poder para desplazar a Beatriz Paglieri, la funcionaria nombrada por decreto de Néstor Kirchner al frente de la oficina que mide la inflación. La llegada de Paglieri en reemplazo de Graciela Bevacqua fue la que desató en enero la crisis del Indec.

Cuando llegó al tercer piso, adonde funciona la dirección del Indice de Precios al Consumidor, Barrios discutió acaloradamente con trabajadores de esa área que le reprocharon el manejo político del Indec y la continuidad de Paglieri. Pero eso no fue todo: además de polemizar con Barrios, alguien se encargó de grabar la conversación y le entregó el audio al diario La Nación, según reveló ayer el propio matutino. La salida de Paglieri sería “una derrota política para el Presidente en plena campaña electoral”, reproduce el diario los supuestos dichos de Barrios, tampoco confirmados ni desmentidos. “Yo tengo la limitación que tengo. Yo no le puedo decir a la ministra o al Presidente sacala del IPC, mandala a pegar carteles. Es una derrota... ¿Ustedes no entienden que es una derrota política para el Presidente en plena campaña electoral?”, agrega.

Cerca de Barrios ayer estaban furiosos por la “deslealtad” de haber grabado y entregado a la prensa lo que era una charla reservada, que tenía la intención de empezar a recomponer el funcionamiento del organismo, de manera consensuada con los trabajadores. Y negaron que vaya a renunciar, tal como se comentaba en ámbitos gremiales. “Miceli no va a querer que asuma”, especularon estos últimos.

Los voceros de la ministra guardaron silencio. Pero el conflicto gremial se agravó. Daniel Fazio, secretario general de la junta de delegados de ATE, y su segundo, César Moyano, junto a otros cinco miembros de la cúpula de ese cuerpo hicieron saber que mañana presentarán la renuncia a sus cargos ante la dirección de ATE de la Capital Federal y a nivel nacional. Lo harán porque Barrios “desconoció la decisión del cuerpo de delegados”, que el último jueves ratificó el plan del lucha “hasta que termine toda intervención del Gobierno en el Indec”. También cuestionaron que Barrios haya hecho su recorrida por las instalaciones del Indec junto a dos delegados de ATE, Nely Turlione y Rubén Vega, que “siempre estuvieron en contra del conflicto”.

Si renuncian los dirigentes que encabezan el cuerpo de delegados, Barrios deberá enfrentar un nuevo conflicto. Miceli lo eligió en parte porque consideró que podría solucionar la crisis gremial. En lugar de ello, en este momento se ha agravado. De todos modos, cerca de Barrios comentaron que tiene el respaldo del otro gremio estatal, UPCN, además del apoyo del ministro y candidato Daniel Filmus, con quien militaba, del vicepresidente del Banco Nación, Roberto Feletti, y de los economistas del Plan Fénix. Por todo ello afirmaban que la crisis es pasajera y que el funcionario finalmente podrá implementar un plan profundo para recuperar la credibilidad del Indec.