Sáb 05.05.2007

ECONOMíA  › SUBIO 0,7 POR CIENTO EL INDICE GENERAL Y 0,1 LA CANASTA

Baja inflación y alta desconfianza

Pese al cambio de conducción, el Indec no logra revertir el clima de desconfianza generado en torno de la elaboración de los índices de precios. Ayer, los empleados de la repartición volvieron a denunciar manipulación de los datos.

La inflación de abril, según el Indec, fue de 0,7 por ciento, menor a la esperada por la mayoría de los analistas. En abril del año pasado había sido del uno por ciento. Más sorprendente todavía fue que la canasta básica de alimentos aumentó apenas 0,1 por ciento. Alquileres, indumentaria y educación privada fueron los rubros que más subieron el mes pasado.

En medio de las protestas de los empleados del Indec, que ayer volvieron a denunciar la manipulación de los índices (ver aparte), el organismo, con la nueva conducción de Alejandro Barrios, difundió los datos de inflación. El índice de precios al consumidor (IPC) arrojó un 0,7 por ciento, acumulando en los cuatro primeros meses del año sólo un tres por ciento. El IPC de abril estuvo impulsado principalmente por las alzas en indumentaria, que mostró un incremento de 2,5 por ciento, a raíz del cambio de temporada, y por las cuotas de la educación privada, con un aumento similar.

En el caso de la indumentaria, para el Indec la ropa exterior se encareció 3,8 por ciento, el calzado 1,6 por ciento, mientras que la ropa interior se mantuvo sin cambios. Alquileres fue otro de los rubros que se dispararon muy por encima de la inflación general: 1,9 por ciento. Pero también aumentaron otros gastos del mantenimiento de las viviendas, como servicios básicos (luz de los consorcios y reparaciones), con el 1,7 por ciento.

Según los cálculos del organismo, alimentos y bebidas se incrementaron 0,7 por ciento –en línea con el índice general, pero con un salto en el precio de las verduras del 7,1 por ciento–. La carne, uno de los productos que más quejas generó el mes pasado entre los consumidores, para el Indec, aumentó apenas 0,2 por ciento, con bajas en el asado (-0,4 por ciento) y subas en carne picada (0,3 por ciento), paleta (1,1 por ciento), bife angosto (1,2 por ciento), cuadril (0,3 por ciento) y nalga (0,6 por ciento). A su vez, los “productos lácteos” se encarecieron 1,9 por ciento y los huevos 2,3 por ciento.

En el Gobierno argumentan que si bien los precios de los principales cortes populares se dispararon en los primeros 20 días de abril en las carnicerías y hubo “faltantes” en las góndolas de los supermercados, en los últimos días del mes los precios descendieron gracias a que los frigoríficos exportadores volcaron un stock de 4000 toneladas al mercado interno.

Por lo demás, en el rubro “atención médica”, el Indec reconoce un incremento en el costo de los remedios que más que duplica la inflación general (1,7 por ciento), pero continúan planchadas las cuotas de las prepagas, en base a la nueva metodología que adoptó el organismo desde enero. A su vez, resultada llamativa la baja pronunciada en el rubro turismo (-3,1 por ciento), siendo que el mes pasado incluyó los feriados de Semana Santa y Malvinas. La explicación oficial, de nuevo, es que como dichos feriados cayeron a principios de abril, la baja de tarifas se hizo sentir en el resto de las semanas.

El costo de la canasta básica de alimentos, que mide la línea de indigencia, casi no varió en enero: para el Indec se elevó 0,1 por ciento, acumulando durante el primer cuatrimestre 3,3 por ciento, apenas por encima de la inflación general (ver aparte). Así, en abril el valor de dicha canasta fue de 428 pesos. Este es uno de los datos más polémicos que publicó ayer el Indec. Según denunciaron esta semana técnicos del organismo, y repitieron ayer durante una marcha de protesta al Ministerio de Economía, Beatriz Paglieri, la interventora en la Dirección de Precios, habría desechado datos de algunos alimentos en los que los encuestadores detectaron fuertes remarcaciones. Vale recordar que, en enero, Paglieri fue designada en ese cargo estratégico por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Y que mientras la canasta de alimentos registró subas muy importantes entre septiembre y febrero, de golpe se desinfló en los últimos dos meses. En marzo, el Indec había anunciado inicialmente una inflación del 3,6 por ciento en la canasta, pero luego corrigió la cifra por una deflación (caída de precios) del 0,2 por ciento.

Sin embargo, en el Gobierno dicen que hay que diferenciar el rubro alimentos y bebidas de la canasta básica, que consumen los más pobres. En la versión oficial, la estabilidad de la canasta en abril se explica por el descenso en los precios de las frutas (-3,1 por ciento), de gran incidencia en la cesta de la indigencia, y porque la Secretaría de Comercio logró contener alzas en los “productos populares”. Así, por ejemplo, entre los lácteos, mientras el queso cuartirolo se encareció 5,8 por ciento, la leche fresca en sachet subió sólo 0,6 por ciento. O mientras el precio de las facturas se ajustó 2,4 por ciento, el pan tipo flauta bajó 6 por ciento, gracias a la renovación del acuerdo de precios con los panaderos.

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