ECONOMíA › KIRCHNER ADELANTO PLANES PARA LA CONSTRUCCION
› Por Cledis Candelaresi
Nunca daría lugar a un anuncio público, pero el tema quedó claramente planteado ayer en la reunión que Néstor Kirchner tuvo con los máximos dirigentes de la Cámara Argentina de la Construcción: el Gobierno aún no encontró una fórmula para financiar las viviendas de clase media y esto, junto al freno de las edificaciones premium, puso un techo al notorio crecimiento que vivió ese sector en los últimos años.
Ante Enrique Wagner, titular de la CAC, y Aldo Roggio, su segundo, el Presidente esbozó la idea de que en mediano plazo parte del superávit fiscal podría ser destinado a fogonear la edificación de unidades para aquel sector social, ya que los anunciados préstamos para inquilinos no tuvieron el alcance esperado. La brecha entre el costo de las viviendas, que recuperó su nivel en dólares al momento previo a la devaluación, y los salarios, todavía rezagados en moneda dura, es difícil de cerrar.
El repaso de la situación del sector se hizo en la Casa de Gobierno y comenzó con el cotejo del crecimiento del 20 por ciento que tuvo la construcción en el primer trimestre del 2006 contra el 8 de este año.
Parte del retroceso se atribuye a “las abundantes lluvias”. Pero, básicamente, al estancamiento de la demanda de clase media y de los sectores pudientes que, por el encarecimiento de las propiedades, ya no encuentran tan rentable invertir aquí. Aun así, el cuadro para el sector sigue siendo auspicioso.
Según prometió Kirchner a los empresarios, el Gobierno prevé seguir honrando su vocación keynesiana. El mes próximo comenzará a ejecutarse el Plan Federal II de 250 mil viviendas para sectores más modestos, de las cuales 85 mil se levantarán en el transcurso del 2007. Kirchner, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el secretario de Obras Públicas, José López, sostuvieron que seguirá la abundancia de recursos para costear infraestructura pública. No faltan pruebas de esa política: el presupuesto nacional de este año para el rubro es un 31 por ciento superior al del año pasado.
Aun así, siempre hay margen para pedir algo más. Ayer las empresas también les hicieron saber a sus anfitriones que aspiran no sólo a que se gaste muchos, sino a que se les dé garantías de que todas las reparticiones públicas respetarán la Ley de Compre Nacional, por la cual deben contratarse constructoras locales para aquellos emprendimientos financiados con recursos de los tesoros nacional o provinciales. Poco pueden hacer, en cambio, respecto de las megaobras que se financian con dinero de bancos extranjeros u organismos multilaterales, que por este hecho dan cabida a firmas foráneas. Un buen ejemplo de esa relativa marginación son las expansiones energéticas, que se costean con fondos fiduciarios.
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