El presidente venezolano, Hugo Chávez, subió la apuesta en el conflicto que mantiene con Brasil y Paraguay y aseguró ayer que si antes de octubre sus respectivos Parlamentos no aprueban el ingreso de su país al Mercosur retirará la solicitud de adhesión. “Vamos a ponerlo en estos términos: julio, agosto, septiembre, más no esperamos”, afirmó. “No tiene sentido esa especie de ultimátum que el presidente Chávez está dando. Parece más un pretexto para salir del bloque”, respondió el legislador brasileño Carlos Eduardo Vieira da Cunha, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados. Fuentes de Cancillería consultadas por Página/12 se limitaron a señalar que “el gobierno argentino lamenta esta controversia verbal y pública y espera que sea superada”.

En su vuelta a Venezuela luego de la gira por Rusia, Bielorrusia e Irán, Chávez volvió a reclamar su ingreso al Mercosur, pero al mismo tiempo lo criticó con extrema dureza. “Ese mecanismo de integración viejo hace agua, los gobiernos de América latina debemos entender que es necesario voltear la página y crear un mecanismo nuevo. La CAN (Comunidad Andina de Naciones que integran Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia) y el Mercosur nacieron en el marco del neoliberalismo, es una integración de elite, de empresas, de transnacionales, no es la integración de los pueblos”, aseguró. Luego reseñó algunas de las iniciativas que impulsa a favor de la integración regional (Banco del Sur, Petrosur, Bono del Sur, programas sociales de salud y alfabetización, convenios bilaterales de cooperación) para resaltar su interés en sumarse a un proceso que, según dice, quiere ayudar a cambiar.

Los escarceos con Brasil comenzaron con la demora del senado brasileño para aprobar el protocolo de adhesión de Venezuela al bloque, firmado en junio de 2006, y se agudizaron a fines de mayo de este año, cuando Chávez trató a los senadores brasileños de “loros que repiten lo que dice Washington”, por haberle pedido que renovara la concesión del canal de televisión opositor RCTV. Sin embargo, ese cruce fue sólo el factor desencadenante de un conflicto que tiene como causas el mayor conservadurismo económico de los países que ya integran el bloque y el escaso interés que muestra Chávez para sentarse a negociar un cronograma de liberalización comercial con Argentina y Brasil.

“Venezuela tiene una lógica de integración distinta. Prefiere avanzar con acuerdos de cooperación específicos que pueda evaluar y direccionar. No le convence la baja paulatina de aranceles que propone el Mercosur. En ese sentido es menos neoliberal”, sostuvo a Página/12 una fuente del Gobierno. Para varios sectores del establishment brasileño, el vínculo con el socio del Caribe tampoco resulta tentador. No quieren que Venezuela ponga en discusión su liderazgo regional ni que obstaculice negociaciones comerciales con Estados Unidos, como la que reclama la Confederación Nacional de la Industria. Esos sectores habían logrado congelar el tratamiento del protocolo de adhesión, pero las declaraciones de Chávez no ayudaron a quienes buscan destrabar el conflicto para habilitar el ingreso de Venezuela.

En Paraguay la solicitud también está empantanada por conflictos internos, aunque las fuentes consultadas por este diario coincidieron en señalar que si el conflicto con Brasil se soluciona en Asunción se terminarán encuadrando.

El gobierno argentino por ahora prefiere mantenerse a distancia del enfrentamiento público que mantienen sus socios, mientras busca aquietar las aguas en privado. Los funcionarios consultados se manifestaron a favor de un rápido ingreso de Venezuela al bloque, pero reconocen que la actitud de Chávez complica la negociación. “¿Qué fue a hacer a Rusia? Tenía que haber estado acá tratando de bajarle la tensión al conflicto”, afirmó una de las fuentes consultadas.