El efecto de la anestesia que significó para el gobierno de Brasil el acuerdo con el FMI se está desvaneciendo más rápidamente de lo esperado. La semana arrancó mal en el país vecino. El dólar volvió a pegar un salto, al ubicarse a 3,11 reales, mientras que el riesgo país también subió hasta 2221 puntos. En virtud de esta recaída, que amenaza con agravarse, el presidente del Banco Central, Arminio Fraga, decidió volver sobre sus pasos y reiniciar las intervenciones en el mercado de cambios. El último jueves, tras anunciarse el acuerdo con el Fondo, el funcionario había declarado que terminaría con la venta de reservas para contener al dólar. La estrategia tuvo que ser corregida abruptamente. Fraga destacó ayer que dispone de 15.000 millones de dólares para gastar en el mercado cambiario y que está dispuesto a hacerlo todo lo que haga falta. Además de ese dinero, Fraga reveló que el Banco Central operará con otras divisas captadas en el exterior, y mencionó que la semana pasada el BID y el Banco Mundial anunciaron la liberación de créditos por 7000 millones de dólares para Brasil. Por su parte, el ministro de Hacienda, Pedro Malan, descartó la adopción de medidas adicionales para contener el alza del dólar.