Dom 26.08.2007

ECONOMíA

Con el ojo en el índice

El desprestigio del Indec generó un nuevo sector: la encuesta privada de precios. Sus resultados son preocupantes, cuestionados, discutidos, pero se registran en el Gobierno. El índice para este mes y el tema de las papas.

› Por Marcelo Zlotogwiazda

La preocupación de la Casa Rosada por la inflación se intensificó a partir del miércoles pasado, cuando Néstor Kirchner leyó el informe de la Consultora Equis que muestra que la Canasta Básica de Alimentos aumentó 11,2 por ciento en las últimas dos semanas y acumula un alza del 16,8 por ciento desde principios de julio. Ante las explicaciones pedidas por el Presidente, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, puso como atenuantes supuestos errores en ese relevamiento privado y la alta incidencia del encarecimiento de la papa, aunque de todas formas reconoce que se ha registrado una importante aceleración en el precio de los alimentos. No obstante, en el Gobierno prevén que el índice oficial de inflación de agosto no llegará al 1 por ciento.

El descrédito en el que está sumergido el Indec ha hecho proliferar diversas mediciones privadas sobre la evolución de precios. Así como otras han encarado mediciones propias del índice general de precios (ver recuadro), la consultora que dirige Artemio López realiza desde principios de julio el seguimiento particular de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) para un adulto, que es la que se utiliza para determinar el nivel de pobreza e indigencia.

La CBA se compone de cincuenta artículos que en teoría suministran las calorías que necesita un adulto en un mes. El listado incluye, por ejemplo, 6 kilos y 60 gramos de pan, 630 gramos de arroz, 1 kilo y 290 gramos de fideos, 6 kilos y 270 gramos de diferentes cortes de carne, y 3 kilos y 930 gramos de distintas hortalizas. El resultado de esa canasta se multiplica por un coeficiente para obtener el valor de la Canasta Básica para una familia, lo que define la línea de indigencia que actualmente se ubica en 423 pesos. A su vez, ese valor es extrapolado para llegar a la Canasta Básica Total, que se supone cubre también los requerimientos elementales no alimentarios y cuyo último valor oficial es 923 pesos.

Tal como se observa en el cuadro, según el relevamiento de Equis la CBA saltó en apenas siete semanas de 153,79 a 179,67 pesos, lo que implica un aumento del 16,8 por ciento. Sobresale el incremento del 11,2 por ciento en las últimas dos semanas.

Preocupado por los datos, el Presidente le pidió explicaciones a Moreno, quien tras revisar el informe privado relativizó sus resultados aunque reconoció que la situación se ha complicado.

De acuerdo con la respuesta del secretario de Comercio Interior, de los aumentos registrados por Equis en la última quincena hay siete que no se “convalidan” con la información que a él le llega. Descontados esos ítem, el aumento de la CBA se reduce del 11,2 a 6,9 por ciento.

Ese resultado, que sigue siendo enorme, tiene para Moreno como atenuante la gran incidencia del aumento de la papa, que a los valores actuales es el producto de mayor ponderación en la canasta: al precio de hoy los 7 kilos y 50 gramos representan casi el 20 por ciento del costo total. Si se quita el aumento del 40 por ciento que tuvo la papa, el aumento de la CBA en la última quincena queda reducido a 1,2 por ciento. Que de todas maneras es altísimo. Es interesante notar que uno de los ítem que subieron fue el pan. Pero lo curioso no es el aumento en sí sino los precios registrados por Equis: el producto subió de 1,99 pesos por kilo hace dos semanas a 2,18 pesos en la última encuesta, es decir precios que se ubican por debajo de los 2,50 pesos del valor acordado por el Gobierno. El registro se tomó en la cadena de supermercados que más alineada está con la política de precios del Gobierno.

La evaluación oficial es que la disparada en el precio de los alimentos está fogoneada por una conjunción de factores, entre los que destacan las heladas en varios cinturones verdes suburbanos que restringen la oferta de verduras y hortalizas, la revalorización de esos productos en los mercados internacionales y un sostenido nivel de demanda interna que en algunos casos sobrepasa la producción.

Dicen que es un problema acotado a los alimentos y que, si bien impactará en la inflación de agosto, la medición del Indec arrojará menos del 1 por ciento.

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