Jue 30.08.2007

ECONOMíA

La inflación en los supermercados es tres veces mayor a la oficial

Los precios en las cadenas treparon 1,6 por ciento en julio, contra un alza del IPC de 0,5 puntos. En lo que va del año, la diferencia también es del triple. Fuerte suba en las ventas.

La pérdida de credibilidad en el índice de inflación que elabora el Indec se acentúa frente a la aparición de otros indicadores económicos que reflejan una suba de precios muy superior a la oficial. El propio organismo reveló ayer que los precios en los supermercados aumentaron en julio 1,6 por ciento, más de tres veces la inflación promedio para ese mes, que fue de 0,5 por ciento. Con ese resultado, el alza en los productos que comercializan esos centros de ventas fue del 12,4 por ciento desde enero, también tres veces más que el aumento del Indice de Precios al Consumidor (IPC) para la región metropolitana, que se calculó en 4,4 por ciento. A pesar de esos incrementos, los supermercados mantuvieron la tendencia de fuerte suba en sus ventas, que fue del 16,5 por ciento a precios constantes respecto a julio del año pasado y del 2,0 por ciento contra junio.

El índice de precios de los supermercados es más limitado que el IPC, que toma una gama de productos y servicios muy superior, pero en estas circunstancias sirve para contrastar los resultados oficiales de la inflación. Lo mismo ocurre con el IPC a nivel nacional, que también arrojó el mes pasado un incremento mayor –0,8 por ciento– al índice de precios en la región metropolitana. Una tercera fuente de comparación, todavía más indirecta, es el dato del incremento de la recaudación del IVA, del 40 por ciento interanual, que entre otros factores lleva incorporada la suba de precios.

El aumento de 12,3 por ciento en los supermercados en lo que va del año muestra, por otra parte, la pérdida de efectividad de los acuerdos de precios. En 2006, cuando el Gobierno los impulsó con fuerza, los precios en esas cadenas treparon nada más que 5,7 por ciento, incluso por debajo del IPC (9,8). El año pasado se produjo un fenómeno inverso a lo que ocurre actualmente: los precios de alimentos y productos de primera necesidad subieron menos que la inflación promedio, liderada por los servicios. Ahora se aprecia una aceleración en bienes alimenticios.

La asociación de consumidores Adelco señaló que el relevamiento que realiza en supermercados de productos de la canasta de marcas líderes experimentó en lo que va de agosto un aumento de 7,3 por ciento. La medición está hecha sobre 22 productos para la alimentación y seis de higiene. Según esta encuesta, el valor de la canasta –sin aplicar ponderaciones– pasó de 122,40 pesos en julio a 131,40 pesos en agosto. Los cinco bienes que más se encarecieron fueron papa (57,8 por ciento), papel higiénico (33,6), zanahoria (26,8), tomate redondo larga vida (19,7) y huevos (16,3). La misma canasta, pero integrada por productos de segundas marcas, saltó de 98,60 pesos a 107,12 pesos, determinando una variación de 8,6 por ciento.

En cuanto a las ventas en los supermercados, el Indec señaló que ya superaron los niveles más altos registrados en la convertibilidad. “En volumen, ya estamos como en la década pasada, pero la rentabilidad no es la misma. En los ’90, la rentabilidad neta era del tres por ciento y hoy está en dos por ciento”, aseguró Daniel Fernández, titular de Carrefour. Sin embargo, desde la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) indicaron que los márgenes de ganancia volvieron a representar el 3,0 por ciento de la facturación, luego de haber caído al 1,0 en plena crisis. Más allá de estas discrepancias, Fernández estimó que “el consumo seguirá fuerte y esperamos en 2008 un crecimiento semejante al de este año, cercano al 30 por ciento”.

El mismo optimismo mostró Alfredo Coto, para quien los dueños de supermercados “estamos pasando por un muy buen momento”. “La gente ha vuelto a buscar marcas y eso nos favorece mucho”, dijo el empresario. El dueño de la cadena de supermercados que lleva su apellido sostuvo que en la recuperación del consumo “influyó el mejor acceso al crédito que se logró a través de las tarjetas”. En promedio, las cadenas facturan la mitad de sus ventas a través de tarjetas o tickets de distinto tipo, lo que les abrió a los supermercados el negocio de la financiación a través de sus propios “plásticos” o planes de crédito. Además, el mayor poder adquisitivo de las clases medias y altas se reflejó en el retorno a las góndolas de los productos importados.

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