ECONOMíA › EL CANDIDATO A PRESIDIR EL FMI SE REUNE CON KIRCHNER
Dominique Strauss-Kahn, de origen socialista, se reunirá también con el ministro Peirano. A cambio de su voto, el gobierno argentino le pedirá que introduzca cambios en el organismo y que el Club de París acepte renegociar la deuda con la Argentina sin un nuevo acuerdo con el FMI.
› Por Fernando Krakowiak
El candidato con más chances de presidir el Fondo Monetario Internacional a partir de octubre, el francés Dominique Strauss-Kahn, llegó ayer al país y hoy se reunirá con el presidente Néstor Kirchner y su ministro de Economía, Miguel Peirano. Strauss-Kahn viene realizando una gira mundial para sumar apoyos a su postulación. A cambio de su voto, el Gobierno pedirá que se introduzcan modificaciones en el proyecto de reforma del organismo multilateral y que el Club de París, integrado por Francia y otros países desarrollados, acepte renegociar su deuda con la Argentina sin que se ponga como condición la firma de un nuevo acuerdo con el FMI.
A comienzos de julio, el flamante presidente francés Nicolas Sarkozy sorprendió al proponer a Strauss-Kahn como candidato a dirigir el FMI, en reemplazo del saliente Rodrigo Rato. Strauss-Kahn hizo su carrera en el Partido Socialista. Fue ministro de Industria y Comercio Exterior de François Mi-tterrand (1991-1993), ministro de Economía de Lionel Jospin (1997-1999) y uno de los precandidatos a la presidencia que el año pasado lucharon para competir con el conservador Sarkozy, hasta que Ségolène Royal lo derrotó en las internas del partido. Ultimamente se lo mencionaba para encabezar la renovación del PS, pero el oficialismo lo terminó cooptando. Todavía se desconoce hasta dónde llega su conversión, aunque está claro que no es un cuadro político del neoliberalismo, como Anne Krueger o Rato.
“Tengo conciencia de que el Fondo está en crisis, que su imagen, particularmente en América del Sur, es difícil y que hay que cambiar al FMI”, aseguró Strauss-Kahn en su reciente vista a Brasil. En Economía valoran este interés del candidato francés por reconstruir la relación con los países de la región y hoy intentarán precisar hasta donde está dispuesto a llegar con su promesa. Primero lo recibirá Peirano, luego el titular del Banco Central, Martín Redrado, y por la tarde el presidente Kirchner. “El Gobierno le expresará su insatisfacción con la organización actual y el modo en que opera el FMI”, señalaron a Página/12 fuentes del ministerio.
El FMI fue creado en 1944 para incentivar la cooperación monetaria internacional, facilitar el crecimiento equilibrado del comercio internacional y fomentar la estabilidad cambiaria. Sin embargo, en las últimas décadas se terminó convirtiendo en un agente financiero de los países centrales que sólo otorga créditos contingentes si el país solicitante cumple con una serie de medidas ortodoxas, tales como recorte del gasto público, apertura del mercado interno y liberalización financiera. Los países en desarrollo rechazan esas condicionalidades y en los últimos años incrementaron notablemente su nivel de reservas o impulsaron acuerdos de ayuda regional (pools regionales de reservas) para contar con un “autoseguro” que les permita no depender del FMI. Los funcionarios argentinos sostienen que la menor influencia que ha venido teniendo el organismo es una consecuencia de la desconfianza que genera. Por lo tanto, le propondrán a Strauss-Kahn la necesidad de llevar adelante una reforma más ambiciosa que la impulsada por Rodrigo Rato.
En septiembre del año pasado, la Asamblea del Fondo amplió levemente las cuotas (aportes financieros y votos) de México, China, Corea del Sur y Turquía. En ese momento, los países de América del Sur, India, Egipto y un grupo de pequeñas naciones de Medio Oriente y el sur de Africa se opusieron, pero fueron derrotados. La segunda etapa del proyecto prevé una revisión de la fórmula que reparte el voto del conjunto de los países miembros en función de su posición relativa en la economía mundial. Se tomarán en cuenta el PIB medido en términos nominales (en dólares), el grado de apertura comercial, el nivel de reservas y la variabilidad, un indicador que intenta estimar la vulnerabilidad frente a crisis monetarias.
Las cifras que se utilizarán para medir el PIB son las correspondientes al período 2003-2005 y no se prevén mecanismos de actualización periódica de las cuotas. Esto es rechazado por el Gobierno porque no contabiliza el crecimiento económico de la Argentina de los últimos años. Además, se reclamará un sistema de doble mayoría para adoptar las decisiones más importantes del Fondo y un sistema de actualización periódica de las cuotas efectivas. También le harán saber a Strauss-Kahn el malestar por la exigencia que fija el Club de París para renegociar la deuda. El Gobierno hizo una oferta de pago, pero los países desarrollados reclaman como condición previa la firma de un acuerdo con el FMI. La Argentina acepta la revisión anual que el Fondo hace de las economías de todos sus miembros, pero se niega a aceptar condicionalidades del organismo y un monitoreo permanente de las cuentas, como solía haber cuando las misiones llegaban cada tres meses al país.
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