La fuerte demanda de divisas forzó a la autoridad monetaria a una intervención millonaria. Mercados con otro día difícil.
La fuerte demanda de dólares obligó al Banco Central a una fuerte intervención. Vendió alrededor de 120 millones de dólares en el mercado de futuros para evitar una suba del tipo de cambio. En el segmento mayorista, el billete verde terminó en 3,1640 pesos, sin cambios respecto de la jornada anterior. En las casas de cambio, la cotización quedó en 3,19 pesos. Ayer fue otra jornada complicada en los mercados financieros internacionales, con caídas de hasta 2,2 por ciento en los bonos argentinos. La calificadora Moody’s señaló que la agitación de los mercados duraría alrededor de seis meses más.
La estrategia del Central de intervenir en el mercado de futuros fue porque desde la mesa de la autoridad monetaria detectaron un circuito por el cual los operadores intentaban realizar jugosas ganancias. Desde los bancos adquirían billetes verdes y los vendían en el mercado de futuros. Ese simple pase de manos les está redituando alrededor del 14 por ciento anual. Alertado de la maniobra, el BC salió a inundar la plaza de futuros para lograr una baja de la cotización y, de esa manera, reducir la tasa implícita de la operación.
Para fin de mes, el valor del dólar finalizó ayer a 3,1910 pesos, con una tasa implícita del 13,7 por ciento anual. La intervención masiva del Central en el mercado logró, además, estabilizar la cotización en el segmento de “contado”. Al mediodía había trepado a 3,17 pesos y, tres horas después, cerró medio centavo más abajo.
Estas operaciones ponen bajo la luz la pulseada que existe entre la autoridad monetaria y los bancos. Este diario publicó en su edición del último domingo que un grupo de 17 entidades financieras extranjeras incrementaron sus apuestas por el dólar, con la expectativa de una suba en la cotización. En la city aceptan que esta ola especulativa tiene su raíz en la incertidumbre por el escenario financiero internacional, que impacta con fuerza en los títulos de la deuda argentina. Ese clima de mayor tensión también se evidenció en el mercado monetario: la tasa de interés entre bancos (call) operó ayer en el 14,25 por ciento anual, por encima del 10 por ciento pretendido por los funcionarios. Las reservas quedaron en 43.242 millones de dólares, con una caída de 70 millones, porque se efectuaron pagos a varios organismos internacionales (BID, Banco Mundial y el Fonplata).
El Central intentó enfriar la situación inyectando 122,3 millones de pesos en el sistema financiero a través de pases activos. La mitad de esos fondos se colocaron a un día de plazo y la otra mitad, a siete días. Hasta la semana pasada, los pases se concretaban también a 30 y 90 días, pero ahora estas opciones quedaron desiertas, lo que también está reflejando el nerviosismo que existe en el mercado.
Las caídas en los bonos fueron de hasta 2,2 por ciento. Ese fue el caso del Bogar 2018. También bajaron las series de Discount y de Par, entre 0,8 y 1,9 por ciento, y los cupones atados al PIB, que se anotaron una depreciación del 1,1 por ciento. Estos descensos tuvieron relación con los quebrantos en Wall Street y en Europa.
Hubo dos índices económicos que se conocieron en Nueva York y que tumbaron a los mercados: que las ventas de casas usadas retrocedieron 12,2 por ciento durante julio, y que las empresas contrataron en el mes pasado la menor cantidad de trabajadores de los últimos cuatro años. Ni siquiera la noticia de que la Reserva Federal (banca central estadounidense) inyectó 8500 millones de dólares adicionales detuvo la caída bursátil, que llegó al 1,1 por ciento en el caso del Dow Jones. Los recintos europeos perdieron entre 1,7 y 2,4 por ciento. La que más cayó fue la Bolsa de Madrid. En Brasil, el retroceso fue del 1,5 por ciento. El MerVal de Buenos Aires bajó apenas el 0,3 por ciento.
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