En agosto, el índice del costo de la construcción confirmó que en el sector existe un alza de precios que triplica la inflación oficial. Y por primera vez se generó una situación de conflicto por este índice entre los técnicos del organismo y la directora del Indec, Ana María Edwin, quien reporta al ministro de Economía, Miguel Peirano, y al propio secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

El mes pasado, el costo de la construcción aumentó 1,3 por ciento, acumulando en los primeros ocho meses del año una suba de 15,7 por ciento. Si la medición se realiza para el último año (agosto de 2007 versus agosto de 2006), el incremento del costo de la construcción suma 20,7 por ciento.

Para algunos especialistas, esta estampida en los precios del sector podría explicar parte de la fuerte desaceleración que mostró la construcción desde principios de año.

En agosto, el rubro materiales lideró los aumentos, con 1,7 por ciento, seguido por un alza del 0,9 por ciento en la mano de obra y de 1 por ciento en “gastos generales”. Así, en el último año el costo de la mano de obra se encareció 25,3 por ciento, mientras que los materiales subieron 16,8 por ciento y los gastos generales 20,8 por ciento.

Según cuentan en el Indec, la elaboración del comunicado de prensa del costo de la construcción de agosto generó, por primera vez, una fuerte discusión entre los técnicos y la conducción del organismo. Roberto Martínez, director de Recursos Humanos, habría solicitado a los encuestadores todos los formularios originales de los precios de la construcción, con el argumento de que se habían detectado “inconsistencias”. Así, según trasmitió Martínez por orden de Edwin, la conducción del organismo quería “chequear” los datos de algunos precios, como cemento (que en agosto aumentó 4,1 por ciento), con las empresas del sector. Norma Almirón, responsable del Indice de la Construcción, puso el grito en el cielo, avalando la actuación de sus encuestadores. Y se negó a introducir en el comunicado oficial de la construcción una leyenda aclaratoria que dijese que todas las cifras estaban “bajo revisión”, como pretendía Edwin.