ECONOMíA › EL IMPUESTO SE COBRA MAL Y POCO EN TODO EL PAIS
La reciente discusión por la tasa en la Capital incluyó un mito: que la ciudad es donde más se evade este impuesto. Pero los números muestran que hasta en lugares donde las valuaciones son más reales, el cobro es más que bajo.
› Por Marcelo Zlotogwiazda
La bajísima recaudación del impuesto Inmobiliario en la ciudad de Buenos Aires, que Jorge Telerman intentó elevar pero de manera torpe, es una característica que se repite en las otras tres grandes provincias. En Buenos Aires el impuesto recauda apenas el 0,2 por ciento del valor fiscal de todos los inmuebles cuando lo razonable según los expertos sería que contribuya con el quíntuple. En Santa Fe representa el 12 por ciento del presupuesto, mientras que en Córdoba nada más que el 5 por ciento.
Los números del Inmobiliario en la Capital Federal revelan hace años enormes distorsiones. La fuerte subvaluación fiscal de los inmuebles (93 por ciento figura con menos de 69.000 pesos) limita la recaudación a alrededor de 700 millones de pesos anuales, lo que equivale a menos del 10 por ciento del total, con el agravante de que las propiedades más subvaluadas son las de mayor valor de mercado.
Telerman pretendió arreglar el tema aumentándoles a todos en base a un esquema que dividía con brocha gorda la ciudad en tres zonas a las que se les aplicaba aumentos del 50, 100 y 150 por ciento para el sur, centro y norte, respectivamente. El proyecto fue resistido y rechazado por variados motivos, pero al menos sirvió para se reconozca la necesidad de algún cambio y activar el debate sobre la manera de hacerlo. Actualmente el tema está siendo discutido en una comisión en la Legislatura, que ya descartó aumentos para toda la franja sur de la ciudad, y que apunta a definir alzas mucho más selectivas para el resto.
La escasa recaudación y la inequidad derivada de que el ingreso potencial dilapidado está en las propiedades de mayor valor son rasgos comunes a todas las provincias. Tomando como ejemplo a las tres grandes y comenzando por Buenos Aires, los datos a los que accedió Página/12 indican que los poco más de 1000 millones de pesos que se recaudan equivalen a 0,2 por ciento de la valuación fiscal total.
A diferencia de la Ciudad Autónoma, en la provincia las valuaciones están bastante cerca de los precios de mercado, en un promedio del 75 por ciento: las 6,5 millones de partidas del catastro suman un valor fiscal de 500.000 millones de pesos. Pero ocurre que el Gobierno no fue autorizado por los legisladores a incrementar el impuesto en concordancia con la revaluación que se realizó hace un par de años. De modo tal que la recaudación siguió siendo muy baja. El año pasado fue de 1022 millones, que representaron el 11 por ciento de la recaudación propia, menos del 5 por ciento del presupuesto, y el ya señalado 0,2 por ciento de la valuación fiscal total (1000 millones sobre 500.000 millones).
Respecto de esta última proporción, los expertos en la materia señalan en base a parámetros internacionales que sería sensato elevarla al 1 por ciento, lo que implicaría un salto en la recaudación de 4000 millones de pesos. Con ese adicional, la provincia no tendría el actual déficit y se podrían satisfacer los reclamos que el jueves motivaron paros de docentes y trabajadores de la salud.
Impedido de aumentar el impuesto por la vía directa, el gobierno de Felipe Solá siguió el atajo de crear una sobrealícuota en Inmobiliario y Patentes para los propietarios que superen un patrimonio de 500.000 pesos en inmuebles, automotores y embarcaciones radicados en cualquier lugar del país. La medida afecta potencialmente a 130.000 contribuyentes con un rendimiento estimativo de 250 millones de pesos anuales, aunque en la primera etapa la meta es mucho menos ambiciosa (ver recuadro).
Siguiendo por Santa Fe, el cuadro es similar. El año pasado el Inmobiliario recaudó 245 millones de pesos, que alcanzaron para cubrir el 12 por ciento del presupuesto provincial. Además, la tendencia va en sentido a una menor incidencia, ya que en 2005 cubrió más del 13 por ciento de los gastos, y en lo que va del 2007 ronda el 11 por ciento.
Para tener referencia comparativa, téngase en cuenta que en Montevideo o en México DF, el impuesto a los inmuebles recauda en el orden del 50 por ciento del total distrital; en Bogotá no llega a tanto pero supera el 25 por ciento.
La situación en Córdoba no cambia cualitativamente, pero es cuantitativamente peor que en las otras tres. En 2006 el Inmobiliario recaudó 288 millones de pesos que representaron el 5 por ciento del total de recursos. Además de esa exigua proporción, lo que salta a la vista en esa provincia es que los ingresos por ese gravamen se mantienen en el mismo nivel desde el 2003, período durante el cual los precios de mercado subieron significativamente. Esto hizo que del total de recursos (ingresos propios más coparticipación), el inmobiliario pasara de representar 10 por ciento cuatro años atrás a la mitad el año pasado. Los cordobeses dueños de inmuebles caros, agradecidos. Al igual que los porteños, bonaerenses, santafesinos y los de cualquier otro lugar de la Argentina.
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