Mié 21.08.2002

ECONOMíA  › SUBE EL PETROLEO Y AMENAZA PARA COMBUSTIBLES

Surtidores del Primer Mundo

› Por Raúl Dellatorre

El precio del crudo superó ayer los 30 dólares en el mercado de Nueva York, el nivel más alto en los últimos 15 meses, y los analistas consideran que podría seguir al alza ante la amenaza de un posible ataque contra Irak, entre otros factores. Estas alzas repercutirían de forma más o menos inmediata sobre los valores internos de los combustibles en Argentina, que de acuerdo a la política de las grandes petroleras se ajusta a la par del precio internacional y las variaciones en la paridad cambiaria.
El aumento de las naftas y el gasoil desde principios de año en refinería ya acumula cerca de un 100 por ciento, con una incidencia en el precio final del 70 por ciento. Antonio Gomis, director corporativo de Repsol YPF, planteó el lunes en España que las petroleras debían trasladar al precio final de sus productos el total de la incidencia de una devaluación “para sobrevivir”. Ello, por sí solo, prenuncia que todavía queda pendiente un ajuste de igual magnitud o mayor al ya producido.
El mercado de combustibles está totalmente desregulado en Argentina y los sucesivos amagues (desde el gobierno de Carlos Menem a la fecha) por “analizar” si existía una cartelización de los precios en dicho mercado han concluido en un total fracaso. Los hechos, sin embargo, demuestran que las cuatro empresas que controlan el negocio se mueven al unísono en cuanto a las variaciones de precios en surtidor, tanto para las naftas como el gasoil.
El criterio que las compañías han logrado imponer, frente a la pasividad de las autoridades, es que como el crudo es un “commodity” –una materia prima de libre comercialización internacional–, su cotización se fija en el mercado mundial independientemente de sus condiciones y costos de producción. De tal forma, Argentina como país, o como sociedad consumidora, no obtiene ningún beneficio por ser país productor, ya que paga el combustible como si fuera importado.
El nuevo valor alcanzado por el crudo de referencia en el mercado internacional indica un reimpulso de la tendencia al alza de los combustibles en Argentina. Tomando en cuenta tan sólo dos factores, el valor del dólar en pesos y la cotización internacional del crudo WTI, las refinerías que operan en Argentina consideran que el valor de los combustibles se encuentra retrasado todavía en más de un 50 por ciento, lo que llevaría a duplicar una vez más su precio mayorista. El Gobierno, lejos de tratar de combatir esta política de precios, está tratando de subirse a sus beneficios, cambiando el valor fijo del impuesto a las transferencias de combustible por una tasa (porcentaje) sobre el precio. De tal forma, realimentaría el impacto de las subas de las refinerías sobre el precio final.
Bajo estas pautas, no es descabellado pensar en un precio del combustible en un plazo no muy lejano en torno de los 3 pesos por litro: un resultado para las petroleras que seguramente generará la envidia de concesionarias de servicios públicos privatizados.

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