El euro se vendió ayer en las casas de cambio a un promedio de 4,50 pesos. Ese nivel record estuvo en línea con lo ocurrido en los mercados internacionales, donde la moneda europea se cotizó a 1,41 dólar, máxima cotización desde el lanzamiento de la nueva divisa. La suba impulsó a grandes y pequeños inversores a incrementar su tenencia en euros. De hecho, algunas agencias del microcentro están vendiendo más euros que billetes verdes. El oro también se convirtió en vedette, al trepar a su máximo nivel en 27 años. El valor de cada onza orilla los 740 dólares.

La fiebre por el euro se potenció durante la última semana, con la escalada de su cotización a nivel internacional. Algunas casas de cambio llegaron a venderla ayer a 4,55 y 4,60 pesos. Como suele ocurrir en la city cuando sube el dólar, esta vez el pico de demanda se dio sobre la moneda europea. La agencia Arpenta, una de las líderes del mercado, colocó más euros que dólares. La relación fue que de cada diez operaciones de venta, seis fueron por euros y cuatro por dólares.

El retroceso del billete estadounidense, que se inició en el año 2002, se acentúo con la crisis hipotecaria y su impacto en los mercados financieros globales. Frente a la incertidumbre, grandes inversores desarmaron posiciones en dólares y se pasaron a euros. La tendencia se profundizó esta semana, luego de que la Reserva Federal (banca central estadounidense) decretó una baja de medio punto en la tasa de interés. Además, ocho de cada diez analistas de bancos de inversión líderes de Wall Street apuestan a que la FED volverá a bajar la tasa en su próxima reunión de directorio, el 31 de octubre.

Ahora, el costo de los préstamos interbancarios se encuentra en el 4,75 por ciento anual. Ese nivel resulta superior al 4 por ciento que rige en la zona del euro. A pesar de esta situación, los inversores prefieren el euro al dólar. “La expectativa mayoritaria es que la caída del billete verde se profundizará todavía más. No podría arriesgar cuál será el límite de esa desvalorización, pero nos encontramos en medio de una especie de corrida contra el dólar que se retroalimenta”, comentó, en diálogo con Página/12, el experto en finanzas internacionales José Siaba Serrate. Esa perspectiva es también refrendada por varias bancas centrales, que en los últimos meses incrementaron sus posiciones en euros. Una de esas bancas fue la argentina (ver nota aparte). Ayer, a la depreciación del billete verde contribuyó una versión, publicada por el periódico británico Daily Telegraph, de que Arabia Saudita abandonaría el vínculo de su moneda con el dólar.

A favor de la divisa europea también juega una mayor fortaleza económica del Viejo Continente. En los últimos cuatro trimestres, el PIB estadounidense creció a un promedio del 1,9 por ciento anual, en una clara señal de desaceleración. La zona del euro, en cambio, se expandió, en ese mismo período, al 2,5 por ciento anual. En esta ola especulativa en torno de las monedas, hay un dato inquietante: todavía se desconoce la dimensión real de la explosión de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos.

En este contexto turbulento, el oro se convirtió en uno de los refugios favoritos de los inversores y ese fuerte incremento en la demanda impulsó su cotización. Cada onza ya vale 738,5 dólares, en lo que se constituyó como el precio más elevado desde enero de 1980.

También el petróleo de Texas alcanzó ayer un nuevo registro histórico, al negociarse en el mercado electrónico de Nueva York por encima de los 84 dólares el barril. Finalmente, el WTI –de referencia para el mercado argentino– cerró en 83,32 dólares, un 1,7 por ciento por encima de la jornada anterior.