Sáb 20.10.2007

ECONOMíA  › ARGENTINA Y OTROS PAISES CRITICARON AL FMI Y A ESTADOS UNIDOS

Los emergentes buscan revancha

La apertura de la asamblea anual del FMI mostró un hecho inédito: los países en vías de desarrollo que años atrás iban a Washington a pedir ayuda y a recibir las instrucciones del organismo ayer fueron protagonistas al interpelar a sus autoridades y a las naciones que lo conducen. Cuestionaron al Fondo por no haber anticipado la crisis financiera en Estados Unidos y a ese país, junto a otros desarrollados, por negarse a ceder el control de la entidad. Las duras críticas las formuló el ministro de Economía argentino, Miguel Peirano, como presidente circunstancial del Grupo de los 24, un nucleamiento del que participan Brasil, México, Venezuela, India, Sudáfrica, Egipto, Nigeria, Líbano y Pakistán, entre otros. Varios de esos países cancelaron sus deudas con el FMI de manera anticipada y ahora están en posición de exigirle.

“Parece que algunas naciones prefieren mantener el control de una institución que pierde legitimidad y efectividad antes que permitir que el mundo en desarrollo aumente su peso en esta institución”, reprochó Peirano. Lo escuchaban el saliente director gerente del FMI, Rodrigo Rato; el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, y los representantes de los distintos países que participan de la asamblea del Fondo y el Banco Mundial.

El otro eje central del discurso del ministro argentino estuvo relacionado con la situación particular del país con el mundo financiero internacional. Peirano pidió la creación de una línea de apoyo crediticio que podría facilitar un acuerdo de Argentina con el Club de París. Se trata de la llamada Línea de Financiamiento Preventiva (RAL, por su sigla en inglés), que se encuentra en estudio desde hace más de dos años y todavía no se terminó de delinear. Si existiera, Argentina aspiraría a calificar para el crédito y mostraría eso al Club de París como prueba de que el FMI aprueba la marcha de su economía.

El jefe del Palacio de Hacienda vinculó la cuestión a la crisis de los mercados internacionales, con epicentro en Estados Unidos. “Estas turbulencias han hecho aún más evidente la conveniencia de contar con una nueva facilidad de crédito contingente, la llamada RAL; ésta es una tarea pendiente en el Fondo y es un poco frustrante ver que seguimos sin tener una propuesta concreta”, recriminó. “Nos hace falta un instrumento que nos permita contar efectivamente con el Fondo y poder así dedicar más recursos a financiar nuestro desarrollo”, reclamó. Esta nueva herramienta no debe estar cargada de “condicionalidades encubiertas”. Según Peirano, “debe ser un instrumento con criterios de calificación objetivos y que no sean innecesariamente estrictos, pues ello haría que sólo tengan acceso quienes muy probablemente nunca lo necesiten”.

La delegación argentina, de la que participan el presidente del Banco Central, Martín Redrado, y el viceministro de Economía, Oscar Tangelson, participará hoy de una reunión con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, y los ministros de Hacienda de toda América. Peirano conversaría en un aparte sobre la situación argentina. Mañana, el ministro mantendrá una entrevista con el director gerente electo del FMI, el francés Dominique Strauss-Kahn. Será un encuentro clave, en el que se discutirá cómo será la relación con el organismo de ahora en más.

La despedida de Rato, en esta asamblea, está en línea con lo que fue la relación del gobierno con el FMI durante los últimos años. Lo mismo ocurre con todo el G-24, que rechaza abiertamente su plan de reforma del organismo. Tangelson expresó que el cambio en el sistema de votación, que preserva el poder de los países más poderosos en el Fondo y da apenas algo más de participación a algunos emergentes, como México o India, no es aceptable. “Es sólo un cambio cosmético”, cuestionó.

El G-24, a través de un comunicado, también señaló que la reforma “debería ser una redistribución del poder de voto en favor de los países emergentes como grupo” y no hacerse “a expensas de otros países en desarrollo”. En la reforma que impulsa Rato, Argentina pierde todavía más participación. Por otra parte, el G-24 reclamó que el FMI “mejore la vigilancia de las economías avanzadas” en lugar de asfixiar a los emergentes. Finalmente, advirtieron por la crisis en Estados Unidos y la incapacidad del Fondo para anticiparla.

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