Honrando su hábito de anticipar los datos oficiales auspiciosos, Néstor Kirchner dio ayer dos buenas noticias económicas que en las próximas horas serían refrendadas por la difusión de informes del Instituto Nacional de Estadística y Censos. Una: la actividad industrial creció entre un 9,3 y un 9,5 por ciento en octubre, por encima del mes anterior. Dos: la desocupación del tercer trimestre sería del 8,1 por ciento, un registro inferior a cualquiera de los que se obtuvo desde que el desempleo volvió a ser de un dígito, a fines del año pasado.

Los datos de crecimiento industrial corresponden al Estimador Mensual Industrial, cuyas mediciones difunde periódicamente el Indec. El registro informado ayer por el primer mandatario implica que la industria habría descripto un salto superior al de la medición anterior, ya que en septiembre el EMI acusó una suba del 8,8 por ciento.

“Los argentinos no le tenemos miedo al crecimiento. Sí le tenemos miedo a las recetas neoliberales de enfriar la economía, porque nos parece una discusión bizantina, ya que nos ha traído dolores de cabeza muy grandes.” La sentencia, formulada durante un acto en el que el Presidente anunció obras para la reestatizada AySA (ver página 11), alude a una discusión instalada durante la campaña electoral sobre la presunta necesidad de que Argentina registre tasas de crecimiento más bajas, para evitar de ese modo presiones inflacionarias.

Según el calendario oficial, el Indec anunciaría el viernes los datos correspondientes a la evolución de la industria durante el mes pasado que, de acuerdo con el anticipo presidencial, creció “entre un 9,3 y 9,5 por ciento”, en gran medida impulsado por el auge del consumo interno. Esto implica al menos tres puntos por encima del 6 por ciento que recomiendan como tope algunos economistas, entre ellos el postulado ministro de Economía de la Coalición Cívica, Alfonso Prat Gay. A pesar de esos registros notorios, el promedio anual estaría cerca de aquel límite sugerido como prudente. “La economía sigue funcionando a pleno”, se jactó Kirchner, precisando que la actividad industrial ya lleva acumulada una mejora “entre el 6,8 y 7,0 por ciento” en los diez primeros meses.

El otro anticipo que Kirchner realizó ayer desde la Casa Rosada estuvo referido a la baja que habría registrado el desempleo en el tercer trimestre, ubicándose en el 8,1 por ciento. Técnicamente, ese registro de la Encuesta Permanente de Hogares correspondería al período julio-agosto-septiembre y describe una línea descendente: en el primer trimestre del año fue del 9,8 por ciento y el segundo, de 8,5.

Según los datos preliminares y mensualizados que recoge el Instituto, en septiembre el desempleo habría retrocedido al 7,7 por ciento; en octubre un poco más aún, ubicándose en el 7,4 por ciento. “La desocupación sigue bajando en forma muy importante en la Argentina, lo que a nosotros nos interesa profundamente, porque éste es el modelo nacional, con inclusión, que estamos llevando adelante”, subrayó el primer mandatario.

La ocasión también fue utilizada para que el presidente saliente resaltara otros logros económicos de su gestión, entre los cuales enumeró “fuertes reservas (monetarias), desendeudamiento y la consolidación del consumo interno”. Kirchner sentenció que el “superávit fiscal y comercial, el crecimiento económico, la inclusión social y la baja de la desocupación, de la pobreza y de la indigencia son políticas absolutamente consolidadas en la gestión que estamos llevando adelante”. Y, naturalmente, ejes que sostendrá la presidenta electa, Cristina Kirchner.