Si bien no existe un registro exacto, para el Ministerio de Trabajo 206 es la cantidad de empresas y fábricas recuperadas en la Argentina, que surgen, en su mayoría, en el traumático período 2001-2002. “Promediando los cinco años de existencia, se encuentran frente al desafío de su crecimiento y consolidación”, sostuvo el ministro Carlos Tomada, en la inauguración de la I Exposición Latinoamericana y II Exposición Nacional de Empresas Recuperadas por los Trabajadores.

Tomada afirmó que ahora empieza “una nueva etapa con asistencia técnica, mejoras en la salud y en la seguridad en el trabajo”. Franca Venturi, coordinadora del programa de trabajo autogestionado del Ministerio, comentó a Página/12 que “en los últimos años hemos asistido a 130 empresas a través de nuestro programa, otorgando capacitación y subsidios por 6 millones de pesos”. El 89 por ciento de las empresas del movimiento, que emplean más de 10 mil trabajadores, están concentradas en la Capital Federal y en la Provincia de Buenos Aires (65 por ciento), Santa Fe (19 por ciento) y Córdoba (15 por ciento).

Las principales limitaciones que encuentran las empresas son de financiamiento y legales. En conversación con Página/12, José Sancha, secretario de Promoción y Desarrollo del Inaes, sostuvo que “los principales desafíos del sector son tres: superar la precariedad de posesión de los medios de producción, las complicaciones para insertarse en los mercados e incorporar tecnología y los diversos problemas organizacionales”, y remarcó que “en nuestro país casi la totalidad de las empresas y fábricas recuperadas son cooperativas de trabajo”.

Las industrias con más presencia en el movimiento son la metalúrgica, que representa el 22 por ciento, y la alimentaria, que alcanza el 16 por ciento. Las empresas recuperadas concentran su producción en el mercado interno y muy pocas realizan exportaciones. El Ministerio de Trabajo y la Fundación Export.Ar firmaron el martes pasado “un convenio que permitirá que las empresas recuperadas además de contar con la capacitación y asistencia del Ministerio puedan acceder a las herramientas de la fundación para colocar sus productos en el exterior o conseguir nuevos mercados si es que ya exportan”, señaló a Página/12 Marcelo Elizondo, director ejecutivo de esa institución. Tomada agregó que estas empresas evidencian “que fueron los trabajadores los que defendieron sus fuentes laborales y se hicieron cargo de las empresas que los dueños habían abandonado”.