En una asamblea caliente, los productores votaron una medida de máxima dureza: bloquearán las puertas de las fábricas que quieran aplicar el precio de la leche fijado por el Gobierno.
› Por David Cufré
“Las vacas lecheras se van a convertir en hamburguesas” y en el mediano plazo podría haber “desabastecimiento de productos lácteos en el mercado interno”, advirtió Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria, antes del inicio de una asamblea nacional de tamberos en San Francisco, Córdoba. Sus palabras anticiparon el clima que se viviría más tarde en ese encuentro de productores, adonde unos 2000 participantes votaron una medida de máxima dureza, que los pone en confrontación abierta con el Gobierno y con la industria láctea. Decidieron bloquear las fábricas para evitar que distribuyan sus mercaderías a nivel minorista. Esto podría causar faltantes de leches, yogures y quesos en las góndolas, tal como ocurrió en 2002, cuando los productores arremetieron con la misma medida en medio de una grave crisis del sector.
Los piquetes se harán a las industrias que quieran aplicar el precio de referencia para la compra de leche que fijó el Gobierno, de 78 centavos por litro. En la actualidad, los tamberos reciben entre 81 y 83 centavos por cada litro que venden para procesar. Al abaratar el costo de la materia prima, el Ejecutivo busca asegurar que la fábricas mantengan congelados los precios a los consumidores. La determinación de cuándo y en qué lugares se harán los piquetes se dejó en manos de la Mesa Nacional de Productores Lecheros. Ese cuerpo los decidirá “en forma sorpresiva, en la medida en que no se cumpla el pliego de reivindicaciones para el sector”, de acuerdo con lo resuelto en la asamblea. Entre ellas, figura que el precio de referencia se eleve a 30 centavos de dólar, es decir, casi 95 centavos, contra los 78 centavos impuestos por el Gobierno, y que el precio de corte de las exportaciones se estire a 2900 dólares, contra los 2700 que impuso el Ministerio de Economía.
Los más duros en la asamblea querían arrancar con los bloqueos hoy mismo, pero los principales dirigentes terminaron logrando quedarse con el manejo de los tiempos. Es un último gesto conciliador hacia el Gobierno, ya que deja abierta una instancia de eventual negociación con la administración de Cristina Fernández, que asume el próximo lunes.
Aunque fue el promotor de la baja del precio de referencia para la venta de leche de los tambos a la industria, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, buscó ayer durante horas descomprimir la crisis con los productores del campo. Se comunicó con varios dirigentes para decirles que no sería lógico profundizar el conflicto antes de que asuma la nueva presidenta. El secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, hizo lo mismo. Este funcionario había avanzado anteayer en un acuerdo con los productores para evitar una disparada de precios de los lácteos en el mercado interno, a través de un mecanismo de compensaciones, pero su gestión quedó trunca cuando todos se sorprendieron con el anuncio de Martín Lousteau, futuro ministro de Economía, de que se establecía el precio de referencia. De Urquiza propuso ayer a los productores retomar el diálogo inmediatamente.
El objetivo del precio de referencia es evitar un incremento de los lácteos a nivel minorista. A pesar de ello, la industria está mandando nuevas listas con ajustes a los comercios. La Serenísima llevó la leche común en sachet de 1,66 a 1,70 peso. Es un aumento de 2,4 por ciento.
Para los productores, obligarlos a vender el litro de leche a 78 centavos es ponerlos al borde de que su actividad no sea rentable. De acuerdo con su versión, el costo de producción de ese litro es de 79 centavos. Así lo declararon en el inicio de la asamblea en San Francisco, aludiendo a un supuesto informe del INTA. El presidente de ese organismo, Carlos Cheppi, se había negado más temprano a dar precisiones sobre los costos, pero había dicho que los 78 centavos “equilibran los precios en el mercado interno y permiten una evolución de la lechería”. “Es un precio que le da una muy buena rentabilidad al sector”, sentenció.
Desde el Ministerio de Economía señalaron que existe un amplio abanico de productores con ecuaciones diferentes, dependiendo del tamaño de su explotación, de su equipamiento para conservar la leche y demás, y en función de ello el costo de producción se ubica en un rango de 60 a 75 centavos el litro. Con esos números, su negocio sigue siendo redituable, aunque no tan espectacular como la soja, reconocieron. Pero dijeron que quienes se dedican a la explotación lechera toman en cuenta que es una actividad estable y que brinda ingresos constantes. Para los productores, el nuevo precio de referencia es inadmisible.
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