Vie 18.01.2002

ECONOMíA

La venta de efectivo entre empresas impulsa al dólar

La divisa trepó ayer a 2,25 y obligó al Central a vender 38 millones. Logró bajarlo a 2,05. Las firmas que cobran en efectivo, como el transporte público, lo venden a quienes lo piden para comprar dólares.

› Por Claudio Zlotnik

En la city se conoce como la “Operación Rulo”, y fue la responsable de la nueva suba del dólar. Ayer, su cotización en las casas de cambio alcanzó la barrera de los 2 pesos, aunque en algunas agencias llegó a 2,10. En los bancos se consiguió a 1,90/1,95. A media tarde, el dólar había llegado al máximo de 2,25. La intervención del Banco Central, vendiendo alrededor de 38 millones de dólares, enfrió el mercado. La “Operación Rulo” ofrece una salida a las empresas que se quedaron atrapadas en el corralito, que consiste en el intercambio de efectivo contra cheques. Para el que recibe los billetes, el costo de la operación varía entre 10 y 20 por ciento del total. Para impedir maniobras de este tipo, el Banco Central exigiría identificación y registro de la operación de venta de dólares con cheques. En un primer momento, el Gobierno pensó en prohibir esta operatoria. Fuentes del Palacio de Hacienda dijeron a este diario que algunas entidades financieras usan ese método para sacar las reservas depositadas en el Central.
La “Operación Rulo” se basa en que una empresa que mueve gran cantidad de dinero en efectivo –colectivos, trenes y subtes, cadenas de fast food o de radio taxis, por ejemplo– le venden a otra compañía esos billetes. Por esa transacción, la vendedora se queda con entre 5 y 6 por ciento de lo entregado. Algunas casas de cambio y financieras actúan de intermediarias, y embolsan entre 10 y 15 por ciento de la transacción. La mayoría de las empresas que buscan dinero en efectivo lo hacen para comprar dólares en el mercado libre, lo que presiona sobre su precio. De esta forma, un mercado de cambio que en un primer momento tuvo más vendedores que compradores, en las últimas dos jornadas revirtió su condición.
Para colmo, ayer el Banco Central tuvo dificultades operativas para intervenir en el mercado. Tras la renuncia de su presidente, Roque Maccarone, la entidad rectora vendió dólares recién durante la tarde, cuando el dólar ya había picado hasta los 2,25 pesos. Cerca del cierre, el preció cayó a entre 2,0 y 2,05 en las casas de cambio y a 1,90/1,95 en los bancos, valores similares a los de la jornada anterior. En sólo tres días, el Central vendió 68 millones de dólares de sus reservas para acotar la suba del dólar, y el monto fue en ascenso día tras día. Durante ese lapso, el dólar libre pasó de 1,70 a 2,05. Respecto del uno a uno de la convertibilidad, la devaluación del peso ya alcanza al 50 por ciento.
Al igual que en las jornadas anteriores, la intervención del Central consistió en depositar hasta 500 mil dólares en las cuentas corrientes que los bancos y casas de cambio oficiales tienen abiertas en el BC. Ayer vendió cada dólar a 1,75 peso, posibilitando que los cambistas ganaran hasta 30 centavos por unidad cuando ofrecieron a los minoristas esos mismos billetes.
Si bien el corralón sirvió como un fuerte desincentivo para la compra de dólares, lo cierto es que, a medida que van pasando los días, tanto los particulares como las empresas encuentran caminos para comprar divisas. La “Operación Rulo” fue la que más se popularizó en la city porteña. Para entender su dinámica, valga un ejemplo:
- Una empresa “A” que busca convertir sus pesos de su cuenta corriente en dinero en efectivo se pone en contacto con una casa de cambio o una financiera.
- A su vez, este intermediario relaciona a esa compañía “A” con otra “B”, cuya recaudación diaria es mayoritariamente en efectivo, como las del transporte público.
- A cambio del efectivo, esta última empresa “B” recibe los denominados “cheques certificados”, que certifican que haya dinero acreditado en la cuenta corriente de “A”. Con los cheques depositados en su cuenta, la compañía “B” paga insumos y salarios.
- La operación se “disfraza” contablemente como un préstamo de una empresa a otra. Por su aporte del efectivo, la empresa “A” se lleva entre 10 y 15 por ciento de ganancia. El intermediario, entre el 5 y el 6 por ciento. Además, la operación lleva implícito el costo del impuesto a las transacciones financieras, del 0,6 por ciento.
- Para los bancos, la operatoria es neutral. En vez de la empresa “A”, la que ahora quedó atrapada en el corralito es la “B”, pero dispone de ellos a través de los pagos en cheque contra su cuenta corriente.
- Con el efectivo, “A” compra dólares, presionando el precio a la suba.
En el equipo económico admiten preocupación por la suba del dólar. Pero, ante una consulta de este diario, un funcionario se negó a responder si se están pensando medidas para poner coto a la especulación. Ni cuándo Economía empezará a colocar dólares a los minoristas a través de las sucursales del Banco Nación.

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