ECONOMíA › CONDENAN A EX DIRECTIVOS DE SIEMBRA POR ESTAFAR AFILIADOS
Los ex directivos fueron condenados con penas de hasta cuatro años de prisión por especular en la bolsa con dinero de los afiliados. Si ganaban, se lo quedaban ellos; si perdían, las AFJP debían absorber la pérdida.
› Por Fernando Krakowiak
El fallo llegó en el momento menos oportuno para las AFJP, justo cuando los trabajadores están decidiendo si continúan aportando al sistema de capitalización u optan por pasarse al régimen estatal de reparto. La Justicia condenó la semana pasada a dos ex directivos de la administradora Siembra a penas de hasta 4 años de prisión por estafar a los afiliados que confiaron sus ahorros previsionales a la entonces AFJP del Citibank (luego absorbida por Met). También fueron condenados dos ex agentes de la sociedad bursátil Rabello que participaron de la defraudación, revelada en exclusiva por el periodista Julio Nudler de Página/12 en marzo de 2002. El desfalco descubierto fue por 462 mil pesos, pero se presume que era una práctica generalizada. De hecho, la Superintendencia de AFJP había iniciado también un sumario a Orígenes y Futura por operaciones similares, pero la pena se limitó a una sanción administrativa por falta de pruebas.
La maniobra de Siembra era sencilla. La compañía colocaba, a través de Rabello, órdenes de compra de acciones extranjeras de precios diarios muy volátiles, como Motorola, Oracle, Intel, Microsoft, Alcatel y otras, sin revelar la identidad del comprador. Al cierre de la jornada, si los papeles habían bajado, la pérdida se le adjudicaba al fondo de Siembra, el que recién en ese instante era oficializado como comitente. Pero si las acciones habían subido, arrojando una ganancia, se hacía figurar como comprador a un tercero que participaba de la estafa.
Por ejemplo, un día cualquiera a la mañana un representante de Siembra llamaba por celular a un agente bursátil de Rabello para indicarle que compre acciones de Intel a 10 dólares. Si a la tarde el precio había caído a 7, el operador recibía una segunda llamada de Siembra, pero esta vez desde un teléfono de la Mesa de Inversiones sometido a grabación. Por ese medio se le ordenaba formalmente adquirir idéntica cantidad de acciones de la misma tecnológica que, en realidad, ya habían sido tomadas a la mañana. Pero aunque la cotización registrada a la tarde fuera 7 dólares, la operación se asentaba al precio de la mañana. Así Siembra terminaba comprando a 10 dólares una acción que a esa hora ya valía 7, registrando una pérdida en perjuicio del conjunto de sus afiliados.
Si en lugar de caer, el precio de la acción subía, la compra se le adjudicaba a un tercero, generalmente el Banco Privado de Inversiones o algunos de sus directivos. Esta operatoria fue posible porque ni la Superintendencia de AFJP ni la Comisión Nacional de Valores verificaban la concordancia entre las cotizaciones anotadas y el momento preciso de cada operación. No obstante, fue el propio Departamento de Denuncias Penales de la Superintendencia el que alentó la causa judicial cuando se descubrió la maniobra.
Luego de siete años de investigaciones, el Tribunal Oral Penal Económico Nº 2 les dio el martes pasado cuatro años de cárcel a Pablo Salvemini, entonces operador de Siembra, y a Alejandro Milito Bianchi, quien fuera director Comercial de Rabello, por malversación de fondos. Mientras que Luis Agusto Rocco, ex subgerente financiero de Siembra, y Francisco Luis Scola, directivo de Rabello, recibieron 2 años y 10 meses de condena, por ser considerados cómplices. Sólo Salvemini seguirá en prisión, pues el resto ya cumplió los dos tercios de su condena tras las rejas y, por lo tanto, quedará en libertad.
En su momento, Salvemini declaró en la causa que todos en la AFJP Siembra lo habían visto cerrar operaciones a través de un celular o un teléfono ajeno a la mesa de inversiones y agregó que la empresa proveía los celulares, pese a que el manual de procedimientos de la firma prohibía su uso. Pese a ello, la Justicia no quiso o no pudo ir más allá. Ricardo Guitart, ex presidente de Siembra, no fue imputado en la causa. Mientras que Alberto Termine, ex gerente financiero de la AFJP, y José Javier Goñi, dueño de Rabello, quedaron en libertad por falta de mérito. Todos se desentendieron del hecho abonando la teoría de las ovejas descarriadas que actuaron por cuenta propia. También sorteó los barrotes el presidente del Banco Privado de Inversiones, Alejandro Estrada, pues la investigación no logró precisar la ruta del dinero.
Los empresarios y directivos sospechados como ideólogos de las maniobras delictivas contaron con el asesoramiento de los grandes estudios de abogados del país y el respaldo del establishment financiero, que se abroqueló para evitar que la AFJP Siembra se convirtiera en un caso testigo capaz de salpicar al conjunto de los operadores. Sin embargo, tanto esfuerzo no pudo evitar que, pese a los obstáculos surgidos, se llegara a dictar un fallo sin precedentes en la justicia argentina. La investigación dejó en evidencia los riesgos a los que se exponen quienes deciden invertir en un mercado de capitales débilmente regulado como el argentino, sobre todo si lo que se pone en juego es el ahorro para la futura jubilación. La condena, por su parte, también enciende una luz de alarma para quienes hasta ahora protagonizaban esas estafas con absoluta impunidad.
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