Vie 18.01.2002

ECONOMíA  › RENUNCIO MACCARONE. PRIMERA CRISIS DUHALDISTA

Temblores dentro del corral

Mario Blejer, ex miembro del staff del FMI, asumirá en su reemplazo. Maccarone se fue después de los choques con el Gobierno por la desafortunada norma para el pago de los créditos en dólares.

› Por Claudio Zlotnik

Punto final para la carrera de Roque Maccarone al frente del Banco Central. El presidente de la entidad rectora renunció ayer a su cargo, dejando el puesto a su segundo, el economista Mario Blejer, quien hasta hace unos meses se desempeñó en el staff del Fondo Monetario. Si bien el Gobierno se esforzó por negar razones políticas en la salida del banquero, lo cierto es que el portazo de Maccarone se constituyó en la primera crisis de la flamante administración. Según fuentes del Central, junto a Maccarone se va un director que había llegado de su mano, Hugo Bruzone.
Si bien la primera plana del Gobierno explicó la renuncia de Maccarone por “motivos personales”, repitiendo fielmente lo que el Ejecutivo alegó en su carta de renuncia a Eduardo Duhalde, lo cierto es que el propio jefe de Estado dejé entrever cuestiones de índole política. Y fue muy claro y preciso al respecto. “El Banco Central había sido conformado para una alianza distinta a la que yo propongo. Quiero una alianza del Estado con los empresarios, los productores, los que generan riqueza. Y la anterior (alianza) era más fuerte con el sistema financiero”, explicó Duhalde durante una entrevista televisiva.
En ese mismo reportaje, el Presidente manifestó que recién hoy recibiría a Maccarone (“todavía no le acepté la renuncia”, dijo) y evitó mencionar al sucesor. Sin embargo, hacia la noche, una alta fuente del Gobierno señaló a Página/12 que los dichos de Duhalde había que entenderlos como “una cortesía” hacia el renunciante y que el ascenso de Blejer era un hecho. Incluso, en ámbitos oficiales especulan con que habría un acto formal para la asunción del ex hombre del FMI. En caso de un nombramiento distinto, la palabra final le correspondería al Senado, que debería aprobar cualquier propuesta distinta del Ejecutivo o encontrar motivos para desplazar a Blejer.
La partida de Maccarone estuvo precedida por internas en el directorio del Banco Central, pujas en la Casa Rosada y enojos del propio banquero. Tal como informó este diario un mes atrás, la llegada del justicialismo al poder había generado una fuerte interna en el directorio del BC. Los directores justicialistas, Ricardo Branda y Aldo Pignanelli, junto a Roberto Reyna y el síndico Marcelo Griffi, presionaron para una rápida dimisión de Maccarone, que había desembarcado en el Central de la mano de Domingo Cavallo.
Sin embargo, y pese a compartir las ideas políticas de aquellos directores, el ministro Jorge Remes Lenicov optó por bajar los decibeles de la pelea. En medio del terremoto económico, prefirió no romper lazos con el establishment financiero, en donde Maccarone es muy respetado.
Pero el humeante volcán estalló. La razón fue la directiva sobre el pago de las deudas superiores a los 100 mil dólares. En primera instancia, un comunicado del Central avaló que esas deudas debían regirse por el valor del dólar en el mercado libre. La medida dejaba en la quiebra a la mayoría de las empresas alcanzadas por la disposición. Con la tapa de los diarios en la mano, Eduardo Duhalde ordenó a Maccarone cambiar la medida. Y las deudas se pagarán calculando un dólar a 1,40 peso.
Cerca del banquero dijeron que el asunto lo enojó. Y que ya no estaba dispuesto a soportar más presiones. “Está muy cansado. Tuvo que sobrellevar la crisis de los bancos y las peleas por el corralito. Está agotado y tiene algunos problemas de salud”, explicaron en el entorno de Maccarone. En la Casa Rosada, en cambio, dejan entrever cierta ingratitud. Básicamente, los funcionarios plantean que la autoridad monetaria tomó medidas pensando sólo en beneficiar a los bancos.
Consultados por este diario, en varias entidades financieras lamentaron la ida de Maccarone. Pero no disimularon la tranquilidad que les da saber que el sucesor será Blejer. Muestra de tal conformismo lo expresaron los propios ex empleadores de Blejer, las autoridades del Fondo Monetario. Aun cuando su designación no es oficial, el FMI y la secretaría del Tesoro delos Estados Unidos se comunicaron con funcionarios del Gobierno para manifestar su satisfacción.
Blejer, en tanto, estuvo ajeno a tanto movimiento. Aquejado por una fuerte gripe, ayer al mediodía dejó su despacho y se refugió en su casa. La gripe lo había dejado sin voz y con 39 grados de temperatura.

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