El jefe de Gobierno porteño designó en el Mercado como director por la ciudad a un ex diputado duhaldista y fervoroso anti K. Todo hace presagiar un duro enfrentamiento con Guillermo Moreno.
› Por Fernando Krakowiak
El ex diputado duhaldista Miguel Saredi será el nuevo director del Mercado Central en representación del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La designación hace presagiar un duro enfrentamiento con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que intervino esa corporación a fines del año pasado para intentar ponerles freno a los precios de frutas y verduras. Saredi es un productor agropecuario de Trenque Lauquen de estrechos vínculos con los sectores gremiales más liberales del campo. Actualmente conduce el Grupo Pampa Sur, junto a la diputada María del Carmen Alarcón, que en mayo de 2006 fue desplazada de la presidencia de la Comisión de Agricultura de la Cámara baja luego de ensayar una encendida defensa de los exportadores de carne. Por el lado de la provincia, el director designado por el gobernador Daniel Scioli sería Carlos Martínez, ex gerente de servicios al pasajero de Lafsa y jefe de tripulación del Tango 01.
El Mercado tiene una conducción colegiada integrada por un representante del gobierno nacional, otro de la provincia de Buenos Aires y un tercero de la Ciudad, los cuales se van alternando en la presidencia. Sin embargo, desde octubre del año pasado el único que toma las decisiones es Moreno. El funcionario aterrizó en el predio de La Matanza a pedido de Néstor Kirchner para intentar contener la suba de los precios de frutas y hortalizas cuando todavía eran incipientes. La papa, el tomate y el zapallo dejaron en evidencia el escaso éxito de esa gestión, pero igual siguió firme en su puesto.
Moreno va todos los jueves a la mañana al mercado para coordinar las actividades, pero los encargados de negociar cotidianamente con los operadores son José Luis Blanco, Guillermo Cosentino y Sergio “El Bicho” Bello. Esta intervención relegó a un lugar meramente decorativo a Fabián Dragone, director designado por el Estado Nacional, y a José Luis Gutiérrez, representante de la Ciudad nombrado por el ex jefe de Gobierno Jorge Telerman. A la provincia de Buenos Aires también le correspondía designar un director, pero el entonces gobernador Felipe Solá dejó el puesto vacante luego de que Ricardo Angelucci fuera golpeado por una patota y terminara renunciando.
La llegada de Saredi en reemplazo de Gutiérrez podría alterar el statu quo actual, aunque por ahora la presidencia del Mercado seguirá en manos del gobierno nacional. El representante de la Ciudad debería haber asumido ese cargo a partir del 10 de diciembre, pero sólo hasta marzo porque durante 2006 la Ciudad ya había cedido la presidencia en dos oportunidades (primero por seis meses y luego por otros tres) y le quedaban nada más que tres meses antes de que le toque el turno al director designado por la Provincia.
El gobierno de Macri dejó trascender que la decisión de otorgar otra prórroga fue tomada porque Saredi manifestó que en ese lapso no se iba a poder cambiar nada. También influyó la delicada situación financiera que atraviesa el mercado. La corporación tiene una deuda de cuatro millones de pesos y durante la intervención de Moreno se gastó la garantía de 2,5 millones de pesos que depositaron los operadores para ocupar un puesto en el predio, la cual debería estar disponible para devolvérselas cuando éstos lo requieran. Sobre este presunto desvío de fondos y otras irregularidades ya hay un pedido de informes presentado por legisladores del ARI en el Congreso Nacional, la Legislatura de la Ciudad y la Cámara de Diputados de la provincia.
Más allá de quién ocupe la presidencia, lo interesante va a ser la convivencia de Saredi con Moreno y su equipo, pues el perfil anti K que cultivó este productor rural en los últimos años lo debería llevar inevitablemente a confrontar. Este flamante director macrista, presentando el viernes pasado en el Mercado durante un acto de entrega de medallas al personal más antiguo, criticó las retenciones a las exportaciones por “su carácter distorsivo, anticonstitucional y confiscatorio”, fogoneó los lockouts agropecuarios que llevaron adelante las entidades rurales el año pasado y apoyó el envío de las vacas lecheras a Liniers que realizaron los tamberos para repudiar los precios máximos que les quiere imponer Moreno. “La verdad es que el índice combinado de corrupción, gasto público desmedido, un control de precios desbordado y ficticio y una propensión a castigar al que produce y exporta terminan favoreciendo solamente la concentración y la cada vez menor posibilidad de competir de sectores chicos o medianos”, señaló el pasado 24 de noviembre en una de las habituales columnas de opinión que suele publicar en el diario La Nación.
Por el lado de la provincia no se esperan cortocircuitos con Moreno. El candidato con más chances es Carlos Martínez, un tripulante del Tango 01 que luego fue designado gerente de servicios al pasajero de Lafsa donde conoció a Nicolás Scioli, uno de los hermanos del ahora gobernador bonaerense. Martínez generó algunos rechazos al interior del propio gobierno provincial, pero todo parece indicar que también será confirmado.
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