ECONOMíA › EL PRECIO DEL CRUDO ABRIO EL AÑO CON OTRO RECORD, CERCA DE 100 DOLARES
Factores especulativos, oferta insuficiente, demanda creciente y un dólar debilitado se conjugaron para llevar el precio del petróleo a nivel record. La trepada arrastró al oro, que también cotizó en sus máximos valores históricos. Los especuladores buscan activos no financieros como refugio de valor.
La cotización del petróleo alcanzó su máximo valor histórico al cierre de las operaciones del primer día hábil del año. Las previsiones de una caída en las reservas estratégicas de Estados Unidos –que oficialmente serán anunciadas en el día de hoy– vinieron a sumarse a las estimaciones en torno de la insuficiencia de la oferta para atender la creciente demanda esperada en el Hemisferio Norte. En Nueva York, luego de tocar varias veces durante la jornada los 100 dólares por barril, el crudo tipo WTI cerró en un valor de 99,62 dólares por contratos para entrega en febrero, 3,64 dólares por encima de la sesión anterior. Con respecto a comienzos de 2007, el aumento acumulado alcanza al 57 por ciento.
El año comenzó con claros síntomas de inestabilidad en diversas regiones productoras, que incluso estarían poniendo en peligro la situación institucional de los respectivos gobiernos. Pakistán, Nigeria, Kenia e Irak son algunos de los países de los que las potencias se abastecen de hidrocarburos, y ninguno de ellos ofrece garantías de una entrega sostenida de petróleo.
Del lado de la demanda, Estados Unidos viene soportando una creciente demanda de derivados del petróleo para calefacción, frente a un período especialmente complicado por las fuertes bajas de temperatura. Para evitar que el exceso de demanda se traduzca en aumento de precios, justo cuando el gobierno pelea por evitar una combinación temida entre recesión e inflación, las autoridades habrían recurrido al stock de reserva para equilibrar el mercado. Ello se habría reflejado en una caída en las reservas de petróleo, tal cual quedará expuesto hoy cuando se conozca el informe semanal del Departamento de Energía, con información al 28 de diciembre pasado.
La variación del precio del petróleo arrastró las cotizaciones de los combustibles. Los contratos de gasolina (naftas) para febrero en Estados Unidos se negociaron muy cerca de los 2,57 dólares por galón (3,78 litros), 9 centavos por encima del último valor de 2007 (3,5 por ciento). Los contratos de gasóleo de calefacción (gasoil) se negociaron con un alza porcentual similar, mientras que el gas natural subía 4,7 por ciento, cotizando a 7,85 dólares por cada mil pies cúbicos.
La caída prevista en las reservas de intervención oficial de Estados Unidos, de verificarse, se convertiría en el séptimo descenso semanal consecutivo. Si bien era esperable que esta tendencia se manifestase en plena temporada invernal, la sensación de que la oferta seguirá siendo insuficiente genera preocupación y una ola especulativa contra el petróleo. La mayor parte de las operaciones que se concretan en el mercado son meramente especulativas, es decir que no representan una transacción real o venta física a futuro, sino una “apuesta” que deberá ser “pagada”, a su vencimiento, por el “comprador” en caso de que el petróleo cotice a esa fecha por debajo del precio contratado, o por el “vendedor” en caso contrario (siempre por la diferencia entre el precio contratado y el valor de mercado del día de vencimiento).
En el mercado londinense, cuyo valor de referencia es el petróleo del Mar del Norte, también se alcanzaron valores máximos en la jornada de ayer, aunque sin marcar un nuevo record. La cotización de cierre fue de 97,84 dólares por barril, casi cuatro dólares por encima del último valor anterior, pero todavía por debajo de los 98,18 dólares del cierre del 23 de noviembre pasado. La persistente pérdida de peso relativo del dólar en el mercado también juega en favor del alza de las materias primas.
Aunque Estados Unidos sigue siendo el principal consumidor mundial de energía, China e India vienen creciendo en forma acelerada y el primero estaría en condiciones de alcanzar a la principal potencia occidental antes de cinco años, según estimó la Agencia Internacional de Energía. Este rápido aumento de la demanda provoca tensiones, en la medida en que la capacidad mundial de refinación se ha mostrado incapaz de acompañar el ritmo del consumo y, además, los intentos por desarrollar combustibles alternativos hasta ahora sólo han alcanzado resultados limitados.
Frente a la debilidad de la moneda estadounidense y de otros activos financieros nominados en esa misma divisa, el crudo se ha convertido en una atractiva alternativa para los especuladores. Mientras los signos de la crisis financiera estadounidense muestran paulatinamente una más estrecha relación con problemas de la economía real de ese país, los temores a un desplome aún mayor del dólar siguen impulsando a los especuladores a salirse de los activos financieros en esa moneda.
Estados Unidos, como potencia, conserva su capacidad de trasladar los efectos nocivos de la crisis generada en su propio territorio al resto del mundo. De hecho, el aumento de los precios de las materias primas en dólares significa un beneficio para los países exportadores pero, a la vez, una presión inflacionaria para el conjunto.
En tal sentido, el límite psicológico de los 100 dólares para el barril dejó de ser una barrera infranqueable y pocos dudan de que la tendencia alcista del crudo se mantendrá en los próximos meses, más allá de los precios máximos alcanzados en la jornada de ayer.
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