La cotización del metal cerró a 855 dólares la onza, luego de tocar un máximo de 860, valor que no alcanzaba desde hace 28 años. La debilidad del dólar y movimientos especulativos impulsan el alza.
La cotización del oro alcanzó ayer su máximo nivel en 28 años. Cada onza se consiguió a 855 dólares en el mercado de Nueva York, luego de alcanzar un pico de 860 un par de horas antes del cierre. La suba, explicada tanto por cuestiones estructurales como por la debilidad del dólar en el mundo y la mayor demanda de países asiáticos, así como por otros movimientos meramente especulativos, tuvo repercusión en el microcentro porteño: algunas casas de cambio se quedaron sin stock de monedas o lingotes de oro.
El precio del oro se elevó 32,6 por ciento en el 2007, convirtiéndose en una de las inversiones más rentables. Un año atrás, la onza valía 635 dólares. En la primera sesión bursátil del nuevo año, la cotización saltó un 1,4 por ciento adicional, con chances de quebrar el record de 1980 cuando la onza cotizó en 870 dólares.
La constante alza se explica por diversos motivos. El más fuerte, la debilidad del dólar motivada por la incertidumbre sobre el futuro de la economía estadounidense. De hecho, la suba de ayer se potenció cuando se divulgaron nuevos datos negativos sobre la marcha de la principal economía del mundo (ver nota aparte).
Para algunos grandes inversores internacionales, la adquisición de oro aparece como un refugio de valor ante la incertidumbre. José Siaba Serrate, especialista en finanzas internacionales, cree que hay fondos especulativos que se mueven de acuerdo a modas, y que esos movimientos, ahora a favor del metal precioso, impulsan su precio. “Así como antes había una ola de compras de inmuebles, que quebró records en las cotizaciones, desde hace un tiempo hay una preferencia por invertir en oro y otros commodities. Los valores suben, se da un consenso de que seguirán trepando, pero la verdad es que existen serios riesgos a que se produzcan fuertes pérdidas si los fondos de inversiones se corren y toman ganancias”, explicó Siaba Serrate, en diálogo con Página/12.
Hay importantes fondos de inversión especializados en oro que se formaron en distintos países, como Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Sudáfrica, Turquía y Australia. Se estima que durante el año pasado, esos fondos explicaron el 15 por ciento de la demanda total de oro. A esto hay que sumarle las crecientes compras por parte de la clase media de Asia, que invierte en joyas y lingotes. Y la cada vez mayor exposición de bancas centrales al metal precioso. En la Argentina, el BC posee un 5 por ciento de sus reservas en lingotes de oro (equivalente a 2300 millones de dólares).
En Buenos Aires, agencias de bolsa como Puente Hermanos incrementaron sus ventas de oro alrededor de un 30 por ciento en el último año. Los compradores son desde pequeños a medianos y también grandes empresas, que prefieren diversificar su cartera de inversiones. El ranking de los preferidos en la city ubica en primer lugar al mexicano de oro, que ayer tocó los 1060 dólares. Le siguen el krugerrand sudafricano, los lingotes de 50 y 100 gramos, en especial aquellos que se venden con la certificación de autenticidad del Banco de Suiza, y el Argentino de Oro, que se emitió por primera vez en 1880 y pesa 8 gramos.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux