Dom 03.02.2008

ECONOMíA  › LA NUEVA ESTRUCTURA DEL EMPLEO EN LA ARGENTINA

El mercado de trabajo que no vemos

Hay una inmensa rotación en la que se destruyen y crean empleos, se cierran y abren empresas. El resultado neto es positivo, pero llama la atención la tasa de cambio. Informática y cultura fueron rubros record en expansión.

› Por Raúl Dellatorre

Leer que en el sector Servicios (excluido el Comercio) están empleados más trabajadores que en la Industria seguramente no sorprenda. En cambio, verificar que en el último año las actividades de informática generaron más puestos de trabajo que la industria automotriz, pese al boom de producción e inversiones de este último, no puede menos que llamar la atención. O que en pleno auge económico en Argentina en un solo año cerraron 40 mil empresas, destruyendo 157 mil puestos de trabajo. Claro que fueron más las que abrieron (56 mil) y los puestos que crearon (181 mil) en el mismo período. Pero son datos que muestran a las claras que hay una economía en plena transformación, donde el mercado laboral a veces pasa por ser destinatario directo de los cambios y, otras, por ser convidado de piedra en procesos de acumulación empresaria. Estos datos, y muchos más, surgen de un trabajo recién terminado por la Subsecretaría de Programación Técnica del Ministerio de Trabajo, en base a la información declarada por los empleadores ante el Sistema de Seguridad Social.

El estudio compara, fotográficamente, el mercado laboral tal como aparecía reflejado en los registros oficiales al segundo trimestre de 2007, con la situación imperante el año anterior. Abarca a las empresas privadas de los sectores Industria, Comercio y Servicios en todo el país y tiene, como primera conclusión, que en los doce meses bajo estudio el empleo creció en todos ellos en forma no demasiado dispar: 5,7 por ciento en la industria y 8,3/8,4 por ciento en Comercio y Servicios. El empleo neto generado llegó a 340 mil puestos, pero de inmediato aparece el primer dato sorprendente: dicha cifra es el resultado de 700 mil puestos creados en el año contra 360 mil destruidos. Es decir, por cada dos empleos que se crean en un año, se destruye uno.

Avanzando en la radiografía del mercado laboral, el estudio señala que los servicios concentran el 55 por ciento del empleo asalariado registrado, pero contribuyeron con el 60 por ciento del cambio neto de empleo entre 2006 y 2007. Es decir, que consolidan y avanzan en su posición de principal empleador de la economía. La industria, en cambio, da trabajo al 25 por ciento de los asalariados y tan sólo participó con un 18 por ciento de puestos creados. Es decir, va limitando el espacio que ocupa.

Inmediatamente, cabe preguntarse cuáles son los rubros del sector servicios que le imprimen tanto dinamismo a la generación de empleo. Y aquí siguen las sorpresas. El estudio de la subsecretaría que encabeza Marta Novik revela que el rubro que más puestos nuevos aportó entre 2006 y 2007 fue “servicios jurídicos, contables y empresariales”, con 57 mil nuevos ocupados. Constituida en la rama de mayor peso en la generación neta de empleo del área de servicios, debería aclararse que bajo la denominación de “empresariales” pueden ocultarse diversas tareas tercerizadas por empresas grandes y medianas, como limpieza, seguridad, liquidación de haberes o reparaciones, que en otros momentos se cubrían con personal de la propia firma. Con el afán de bajar costos y quitarse responsabilidad como empleador, las empresas optan muchas veces por esta opción de contratación a favor de empresas de servicio creadas al efecto. Transporte automotor y ferroviario, y la rama hotelería y restaurantes también figuran con una dinámica de empleo importante, pero dentro de lo esperado. Lo que llama la atención es que los otros dos renglones destacados por su aporte a la creación de empleo dentro de Servicios sean las actividades de informática y las industrias culturales (cinematografía, radio y televisión). Con casi diez mil puestos nuevos en cada uno de ellos en el último año, su aporte a la demanda de trabajo a cualquier rama de la industria manufacturera es importante. La automotriz y la textil, inclusive.

Precisamente, al pasar al análisis del empleo generado en la Industria entre 2006 y 2007, se observa que cada una de estas últimas dos ramas mencionadas apenas aportaron siete mil puestos nuevos cada una. Pero por delante de ellas, sólo aparecen dos renglones de actividad: la rama de alimentos, que realizó el mayor aporte a la creación de empleo industrial en el período, con 12.600 puestos nuevos, y la industria petroquímica en su conjunto (incluyendo la química y la plástica), que contribuyó con 8 mil nuevos empleos. La industria metalúrgica aparece en ese ranking aún más relegada, con 6.500 puestos creados en el período.

En los doce meses abarcados por el estudio nacieron 56 mil empresas, pero cerraron 40 mil. De las que estaban antes y siguen estando, 111 mil expandieron sus dotaciones, 61 mil las contrajeron y 208 mil se mantuvieron sin cambios declarados. Las firmas que nacieron son la mitad de las que estaban y crearon empleo. Las que cerraron son las dos terceras partes de las que existían y redujeron sus planteles (40 mil contra 61 mil). Esto habla a las claras de la importancia de las aperturas y cierres en el mercado laboral.

Por varios aspectos, la acelerada dinámica que ofrece la entrada y salida de empresas del mercado es un arma de doble filo. Habla de una economía en crecimiento, pero con perfiles riesgosos. Por cada mil empresas que existían en 2006, se crearon más de 130, pero cerraron 95. Es una tasa de rotación demasiado elevada, que para el conjunto puede ser positivo, pero visto desde la empresa y el trabajador individual, que no se encuentren en un lugar privilegiado de la economía, puede ser sinónimo de inestabilidad. Además, que se abran dos puestos de trabajo por cada uno que se pierde también es un dato a favor. Pero cuando las cifras de creación y destrucción de empleo son elevadas, quiere decir que son muchos los trabajadores obligados a buscar nuevos horizontes por pérdida de fuente de trabajo. Y que haya una demanda de empleados tan elevada en el mercado puede ser un dato alentador si es que cuenta con las habilidades requeridas.

Que los sectores más dinámicos en la creación de empleo sean los renglones “nuevos” como informática, y estén relegados los tradicionales como textil o metalúrgico, también es un llamado de atención. No es fácil imaginar a un trabajador de edad avanzada que pierde su trabajo en alguna de estas ramas industriales incorporándose a las áreas más modernas y dinámicas. Aunque el estudio no hace consideraciones ni mención en particular sobre el sector de la construcción –el más fuerte creador de empleo entre los sectores tradicionales–, otra vez surge de estos datos que la valoración del cuadro de situación puede no ser la misma a nivel macro y desde el plano individual.

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