Miguel Saredi es un productor agropecuario opositor al Gobierno. En diciembre del año pasado, Mauricio Macri lo designó como director del Mercado Central en representación de la ciudad de Buenos Aires, lo que hizo presagiar un duro enfrentamiento con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que intervino esa corporación a fines de 2006 para controlar los precios. Sin embargo, Saredi sorprendió a propios y extraños al aliarse con Moreno, quien llegó a presentarlo como su “asesor” en varias reuniones de la comisión de comercialización del Grupo Lácteo. La pirueta del funcionario no fue cuestionada por Macri, pero Página/12 pudo confirmar que la semana pasada fue el propio Moreno el encargado de ponerle fin a la efímera sociedad. En la reunión de “directorio ampliado” que suele presidir todos los jueves, el secretario de Comercio le dijo a Saredi que no lo quería ver más por allí y le pidió que desocupe la oficina que tiene en el quinto piso, donde revistan los directores.

“Vengo de un sector que es muy duro con el Gobierno. Cuando asumí tenía dos opciones: hacer denuncias para quedar bien o tratar de integrarme para construir algo positivo. Algunos productores me dicen que estoy loco porque Moreno me convoca para dividirnos, pero algo hay que hacer”, afirmó Saredi a Página/12 cuando este diario reveló su alianza con Moreno en febrero pasado. Esa decisión fue cuestionada por algunos chacareros que interpretaron la actitud del funcionario como una traición. De hecho, Saredi tenía una muy buena relación con varios dirigentes de la combativa Confederación de Asociaciones Rurales de la Provincia de Buenos Aires (Carbap), quienes, apenas trascendió la pirueta, tomaron distancia del funcionario. Ahora el que lo desairó fue Moreno.

El distanciamiento se produjo a raíz del lockout agropecuario. Además de ser director del Mercado Central, Saredi es presidente del Grupo Pampa Sur que durante las últimas semanas pegó afiches en las calles de la ciudad con la leyenda “Aguante el campo”. En Pampa Sur también milita la ex diputada María del Carmen Alarcón, que en mayo de 2006 fue desplazada de la presidencia de la Comisión de Agricultura de la Cámara baja luego de ensayar una encendida defensa de los exportadores de carne.

Como era de esperar, Moreno no tomó con agrado el apoyo de Saredi al lockout que puso en jaque al Gobierno y el jueves le pasó la factura delante de otros directivos y referentes del Mercado. Ahora Saredi se encuentra en una disyuntiva difícil de resolver. Si decide agarrar sus pertenencias y mudarse al cuarto piso con el personal administrativo estaría aceptando sin chistar la humillación pública que le propinó Moreno y dejaría en una posición incómoda al propio Macri. Si, por el contrario, se queda en su oficina, el enfrentamiento irá en aumento, lo cual también podría llegar a molestar a Macri, quien en ningún momento cuestionó la alianza inicial de su director con Moreno, dejando en evidencia que la decisión de no confrontar había contado con su aval.

La Corporación del Mercado Central tiene una conducción colegiada integrada por un representante del gobierno nacional, otro de la provincia de Buenos Aires y un tercero de la ciudad, los cuales se van alternando en la presidencia. A fines de 2006, el entonces presidente Néstor Kirchner firmó el decreto 1597 a través del cual le encomendó a la Secretaría de Comercio Interior el seguimiento de las acciones que desarrolle el mercado y su correspondencia con las políticas públicas oficiales. A partir de entonces, Moreno desembarcó en el predio de La Matanza para controlar los precios. La intervención relegó a un lugar decorativo a Fabián Dragone, director designado por el Estado nacional; a Carlos Martínez, ex gerente de servicios al pasajero de la aerolínea Lafsa, puesto por el gobernador Daniel Scioli; y al propio Saredi que se acopló al esquema sin ofrecer resistencia y ahora está a punto de perder hasta la oficina.