ECONOMíA
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Prohibido hablar de indexación
La conducción económica busca un mecanismo de ajuste monetario que le permita regenerar un mercado de crédito en moneda local (hoy sin tasa) y regular el valor de los contratos privados y los activos y pasivos del sistema financiero. Pero, al mismo tiempo, necesita evitar que tal mecanismo de ajuste sea denominado “indexación”, nueva palabra prohibida, tal como ocurría con “devaluación” hasta hace pocos meses.
El mecanismo de referencia que se ha tomado para analizar su aplicación a la economía argentina es el modelo de Unidad de Fomento (UF) utilizado en Chile a partir de 1982, cuando después de una crisis cambiaria se utilizó dicho indicador para ajustar activos y pasivos monetarios antes nominados en dólares. La “regla” de ajuste podría estar dada por una combinación de índices de precios (también podría incluir salarios o la cotización de monedas), que el Banco Central informaría día a día. Otra alternativa sería conformar un comité de política monetaria que se reúna periódicamente e indique la tasa de ajuste para el mes. Esta última alternativa, en opinión de los especialistas, “es menos vendible” en el caso argentino, por las sospechas de arbitrariedad en ese manejo.
Entre las alternativas potables, una es la de volver a poner sobre la mesa el esquema de canasta de monedas como variable de ajuste. Un experto recordaba ayer que la combinación por tercios del valor del dólar, el euro y el real, previo a la devaluación, “daba un indicador de 1,37 ó 1,38 contra el dólar, que es bastante parecido al nivel del dólar oficial y que podría ser un buen valor de arranque”.
Las referencias a la experiencia brasileña, en boca de varios analistas cercanos al gobierno, sólo suman ambigüedad. El país vecino utiliza una tasa de referencia, la Selic, definida por una autoridad monetaria, el Copom (Comité de Política Monetaria) constituido por reputados economistas y especialistas monetarios, que se utilizar para ciertos contratos. Otros, en cambio, se rigen por un índice combinado por la variación del dólar, la tasa de interés de largo plazo y por los índices de precios.
El amplio menú que se le presenta al Gobierno será el que analizarán esta semana los especialistas internacionales en crisis y definirá la valorización de activos y pasivos, a partir del desbalance producido tras la devaluación.
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