A poco de comenzar la entrevista sonó el celular de Carlos Cheppi. “Es la Presidenta”, se disculpó el secretario de Agricultura. La voz de Cristina se oía alta y un poco enojada. Estaba viendo un programa de televisión donde participaba el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, uno de los tamberos más importantes del país, que se prepara para negociar el precio de la leche en los próximos días. “Biolcati está diciendo que todos los tambos están fundidos y que este año vamos a tener que importar leche, tenés que aclarar que la producción de leche este año va a llegar al record de 10.300 millones de litros, que el consumo también llegó al record de 206 litros por persona anual y que vamos a exportar 2,1 millones de litros.” Cheppi cortó y retomó la entrevista: “Dice la Presidenta...”. “Ya escuché”, contestó este cronista. Hasta había quedado grabado.

–¿El Gobierno concederá a los lecheros 1,22 peso por litro para los tambos más grandes y 1,54 para los más chicos, como piden?

–Es una locura. Ellos lo saben. Si hoy liberáramos completamente en un supuesto mercado libre, digo más, que todo fuese a exportación, el precio que se podría pagar escasamente supera el peso. Se viene abajo el precio internacional. Nosotros estamos dispuestos a realizar un aporte. Pero no a esos valores.

–¿Y cuánto pueden pagar?

–Bueno, en esto también hay que ser muy cuidadoso. Yo no puedo decir un precio. Sí puedo dar muchos datos técnicos que hoy comparte todo el mundo. El costo de producción de los tambos está entre 0,75 centavos y 1,40 peso. Los de 1,40 son muy poquitos. Son unos cuantos productores pero que no lo podés arreglar por precio porque en la histórica negociación de precios de la lechería siempre te vienen con el peor tambo y te negocian precios sobre el peor tambo. Entonces ni el peor ni el mejor ni el promedio. Hay que negociar de otra manera, y eso es lo que le expliqué al grupo lácteo. Porque los tambos que tienen un costo de 1,40, si son grandes tienen que reorganizarse, porque tienen la herramienta para poder hacerlo. Si son chiquitos, sí me preocupa y no se los voy a arreglar con precio, porque si yo le pongo el precio de 1,20, 1,30 estoy generando una concentración económica impresionante. Entonces hay que buscar un precio que la industria pueda pagar y que resuelva la mayor proporción de la producción y que dé una perspectiva de crecimiento de la producción. Para los tambos más chicos, tenemos la Subsecretaría de Desarrollo rural y agricultura familiar, donde tenemos recursos y vamos a utilizarlos para mejorarlos tecnológicamente, generar asociativismo y otras cosas. O sea, no se los abandona, pero no se los trata con precio. Porque aunque le ponga hoy a ese tambo 3 pesos la leche, no va a resolver el problema porque pasa por otro lado.