Cuando ni siquiera más de un billón de dólares logra contener la caída de los mercados financieros y se extiende la crisis hacia el sector real de la economía, las propuestas de los especialistas son cada vez más provocativas. La incertidumbre no cede, los precios de las acciones continúan bajando sin encontrar un piso y las ganancias de las empresas se están debilitando. Desde su blog del Global EconoMonitor, Nouriel Roubini sostiene que los hacedores de política deberán cerrar los mercados financieros. De hecho, el 23 de octubre pasado los mercados de futuros del índice S&P y del Dow Jones suspendieron sus operaciones en Europa al alcanzar sus límites diarios de caída. La propuesta de Roubini, profesor de la escuela de negocios Stern, es la siguiente:

- Los mercados están trastornados. Aunque me acusen de alarmista, considero que si el pánico continúa acelerándose, es probable que las autoridades se vean forzadas a cerrar los mercados financieros por algunos días o semanas. Llegamos a un punto donde los fundamentos y las valuaciones de largo plazo dejaron de ser relevantes para los mercados financieros. Estamos en caída libre, los inversores se están desapalancando y ahora estamos al borde del colapso.

- Ahora lo único que le importa al mercado son los flujos y éstos son unidireccionales. Todos venden y nadie compra, adquirir acciones es como tratar de agarrar un cuchillo en caída. No hay compradores en estos mercados disfuncionales, sólo vendedores. El pánico es la regla en este juego desestabilizador.

- Pero también los fundamentos económicos son horribles. Finalmente los inversores se están dando cuenta de que viene una fuerte recesión en todo el mundo. El deterioro en los principales datos macroeconómicos podría hacer caer los precios de las acciones otro 30 por ciento antes de que toquen fondo.

- Alcanzamos el punto aterrador donde el comportamiento disfuncional de los mercados financieros tiene efectos destructivos en el sistema financiero y, lo que es mucho más grave, en la economía real. Por eso es momento de pensar en acciones más radicales.