–¿Cómo impactará la crisis sobre el nivel de actividad este año? ¿Terminará por debajo del nivel de fines de 2008?

–Tienen una enorme importancia los muchos miles de millones de pesos que se van a invertir en obra pública. Eso tiene un efecto multiplicador enorme. Se está financiando con recursos presupuestarios, se está refinanciando con recursos del Banco Nación, con recursos de la Anses y eso tiene una capacidad multiplicadora enorme. Esta inflexión que están dando los precios de muchos productos agrícolas, la soja, también vuelve a generar una situación más positiva en aquellos sectores, sobre todo muchos que fueron muy dañados por el tema de la sequía. Entonces creo que la Argentina está en buenas condiciones de terminar el año con niveles positivos de actividad. Nadie puede decir un número, pero lo importante es tener en cuenta cómo el Gobierno está profundizando nuestra principal fortaleza, que es el mercado interno. Hoy en el mundo lo que se discute, sobre todo en los países centrales, es cómo se puede salir de la crisis aprovechando los mercados internos más dinámicos de los países emergentes. Y ahí está Asia, China, India, pero también está América latina. Nosotros tenemos que ser conscientes de que, dentro de la región del mercado ampliado del Mercosur y dentro de nuestro propio mercado, está nuestra principal fortaleza.

–¿Se va a profundizar el cuidado del mercado interno del ataque de las importaciones a bajo precio?

–Obvio. Es por eso que no entiendo –y me parecen poco lógicas– algunas declaraciones de empresarios que dicen que “la Argentina quiere vivir con lo nuestro cuando en realidad lo que hay que hacer es abrirse al mundo”. Un mundo que está derrapando mal. Argentina está en una situación que no nació de un repollo: es producto de un proceso largo, un proceso que ha supuesto ir desactivando muchas bombas de tiempo que dejaron las políticas de los ’90. Que todas aquellas desactivaciones requirieron normas y leyes, y esas leyes se votaron en el Congreso y tuvimos consenso como fuerza minoritaria para aplicarlas e ir transformando el país. Por eso creo que es importante, de cara a las próximas elecciones, entender que cuando hablamos de profundizar todo esto, estamos hablando también de que hay que tener capacidad –y capacidad legislativa– para seguir transformando, que creo que eso es lo que está en última instancia en discusión: es el viejo modelo, o esto que –con todas las imperfecciones, con todo lo que podemos mejorar–, es a lo que creo que hay que seguir apostando.