El Gobierno intentará reestablecer lazos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero sin acceder a condicionamientos. “Lo que se busca es un cambio en la representación y en la visión que pueda tener el país respecto del Fondo”, aseguró el ministro de Economía, Amado Boudou. La idea es avanzar hacia una “intersección” o camino hacia el acercamiento con esa entidad. Para ello, la semana próxima Boudou se reunirá con el enviado del Fondo, Nicolás Eyzaguirre, director del departamento del hemisferio occidental, quien visita el país para participar del Council of Americas que organiza junto con la Cámara de Comercio.

El acercamiento prevé que el organismo que conduce Dominique Strauss-Kahn no conlleve condicionamientos para el país. En realidad busca emular el acuerdo que consiguió México, a través del cual obtuvo financiamiento sin someterse a programas de ajuste. “No se prevé mantener al país al margen de la entidad, sino sumarse a otros países para cambiarlo entre todos desde adentro”, explicó un colaborador del titular de Hacienda. El plazo para llegar a un acuerdo podría ser fin de año.

La administración kirchnerista considera como elementos irrenunciables la “negativa a aceptar un plan de ajuste de la entidad multilateral”. No obstante, se muestran dispuestos a discutir las revisiones periódicas que establece el artículo IV de la carta orgánica del Fondo. De hecho, los acreedores del Club de París insisten en ese preacuerdo con el FMI para establecer un cronograma de pagos de los 7000 millones de dólares adeudados. “No vamos a discutir políticas económicas con el Fondo”, agregaron.

El Gobierno rompió lanzas con el Fondo, al que responsabilizó por sus planes de ajuste de la crisis de 2001, luego de cancelar anticipadamente los 9530 millones de dólares adeudados al organismo. Desde ese momento se apuntó contra los programas ortodoxos que imponía la entidad.