Cambiar la Ley de Entidades Financieras no es la solución para la falta de financiamiento productivo que tiene en mente el ministro de Economía. Para Boudou, no se trata de modificar una legislación que estructuró un sistema bancario concentrado, privatizado y extranjerizado que terminó privilegiando la especulación financiera. El funcionario sostiene que las “señales” que está emitiendo el Gobierno, como la reapertura del canje de deuda en default, permitirán bajar el costo del financiamiento y modificar los flujos de crédito hacia los sectores que lo necesitan. Sin embargo, distintos especialistas advierten que las elevadas tasas de interés no son la causa de la falta de financiamiento para la inversión productiva, sino que son una consecuencia del sistema financiero instalado por José Alfredo Martínez de Hoz en 1977.

Durante su visita al Congreso, el jefe de la bancada oficialista del Senado, Miguel Angel Pichetto, le preguntó a Boudou si el Ejecutivo estaba analizando “una futura reforma financiera para que los bancos que están muy líquidos presten en el proceso productivo nacional”. La respuesta del funcionario fue concreta y en sintonía con la lógica del mercado: “Nosotros pensamos que el principal motorizador del crédito es la desaparición de un costo de oportunidad muy alto. No hay ley que pueda cambiar esto. Lo que provoca el cambio de los flujos de crédito tiene que ver con las señales. Por eso estamos llevando adelante esta política de reposicionamiento de los títulos públicos argentinos para que bajen las tasas de interés”.

Rodrigo López, docente de la UBA, explicó a Página/12 que la posición de Boudou implica “moverse dentro de la idea del mercado, es confiar en que los precios son un sistema de información eficiente”. López apuntó que la respuesta a la falta de crédito que propone Boudou “es una manera de intentar regular el mercado crediticio, pero existen otras medidas que se pueden tomar desde el Estado, como la asignación de cuotas o participaciones de mercado, para orientar el crédito hacia los sectores productivos”. Esas herramientas para redireccionar el crédito hacia las pymes y las economías regionales fueron eliminadas por el sistema financiero configurado durante la última dictadura.

Boudou espera que la posible caída en la tasa de interés alcance para impulsar condiciones accesibles para financiar la producción. Sin embargo, los datos que exhiben desde el Cefidar muestran que, inclusive cuando el costo del financiamiento era menor, el sistema financiero siguió privilegiando las actividades más rentables. Hoy el 99 por ciento de los créditos no superan los 200 mil pesos. La mayoría de esos préstamos son destinados al consumo y el financiamiento de tarjetas de crédito.