La entrada de divisas por el intercambio comercial registró otra suba importante con respecto al año pasado. El saldo de la balanza comercial en noviembre fue de 1287 millones de dólares, un alza del 73 por ciento interanual. El dato saliente es que las exportaciones mostraron un incremento por primera vez en el año, a la vez que las importaciones tuvieron la menor baja. Se explica por las señales de reactivación económica, pero también porque la comparación se realiza con respecto a un mes donde la crisis comenzó a impactar fuertemente.

Las manufacturas de origen agropecuario, cuyo aumento en las cantidades más que compensó la baja de precios, impulsaron a las exportaciones. Por el lado de las compras externas, los bienes intermedios y bienes de capital encabezaron la merma. El superávit acumulado del año es de 15.727 millones, 32 por ciento más alto que el del mismo período del año pasado.

El alza en el saldo comercial no es un comportamiento novedoso en el año. En general se debió a una dinámica recesiva, por una baja más pronunciada en las importaciones (por caída en el nivel de actividad) que en las exportaciones, que igualmente caían pero en menor medida, lo que lograba incrementar la entrada de billetes.

En cambio, en esta oportunidad la suba en el superávit se explicó, en una mayor medida, por la aparición de señales de reactivación económica. Las exportaciones crecieron, aunque modestamente (uno por ciento), por primera vez en el año y se ubicaron en 4934 millones. Para los once primeros meses cierran un 23 por ciento abajo. Un ejemplo de mejora industrial lo constituye el sector automotor, que comenzó el año con pésimas perspectivas y lo está terminando en un nivel no tan lejano al 2008. Además, la recuperación de la demanda mundial también motiva el alza exportador, que se manifestó en el buen desempeño agropecuario en el mes. A su vez, las importaciones mostraron la menor baja del año (-12) y el acumulado registra una merma de 35 por ciento.

Pero la comparación con noviembre del año pasado incluye, en aquel mes, los primeros impactos fuertes de la crisis, y esto relativiza los anteriores datos positivos. De hecho, noviembre 2008 fue el mes en que comenzó tanto la baja en las exportaciones como en las importaciones, una dinámica que, con leves matices, continuó durante todo el 2009.

El mayor ascenso interanual en las exportaciones correspondió a las manufacturas de origen agropecuario, que aumentaron un 3 por ciento, logrado a través de un alza de cantidades (7 por ciento), a pesar de la baja de precios (4 por ciento). Este rubro representó el 36 por ciento de las compras externas en noviembre, segundo en importancia detrás de manufacturas de origen industrial, que no registró variaciones respecto del año pasado, ya que el aumento en las cantidades fue frenado por la baja de precios. Por su parte, combustibles y energías aumentó un 10 por ciento, mientras que productos primarios cayeron 11 por ciento.

Por el lado de las importaciones, que ascendieron a 3646 millones, los bienes intermedios bajaron 14 por ciento y los bienes de capital lo hicieron en 13 puntos. Estas caídas muestran el impacto de la crisis sobre la producción, ya que ambos rubros tienen fuerte relación con la actividad industrial. En cambio, la menor baja provino de bienes de consumo, que cayeron sólo un 6 por ciento.

El intercambio con el Mercosur arrojó un saldo de 172 millones de dólares, producto de un aumento de las exportaciones (16 por ciento) y una baja en las importaciones (-7), lo que demuestra una estrategia agresiva en términos comerciales de parte de la Argentina. El intercambio con Brasil, principal socio comercial, registra un alza del 18 por ciento en las exportaciones, que llegaron a 1269 millones de dólares, con una suba destacada en las manufacturas de origen industrial. A su vez, las compras al país vecino fueron de 1255, disminuyendo un 4 por ciento. El saldo comercial bilateral fue positivo, en apenas 14 millones.