ECONOMíA
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Opiniones sobre la convertibilidad y la crisis laboral
› Por David Cufré
HECTOR MASSUH
“Fue una ficción”
El presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Massuh, apuntó de lleno contra la convertibilidad y defendió la idea de un tipo de cambio alto en un diálogo exclusivo con Página/12.
–¿La economía despegará en 2003?
–Si se ordena la situación política, con la puesta en marcha del equipamiento existente y la recuperación de algunos sectores como el turismo y el agro alcanza para la reactivación. Pero una condición previa es que se despeje el panorama político. Pero una cosa es reactivación y otra crecimiento. La reactivación se puede dar sólo con movilizar los recursos existentes, mientras que el crecimiento implica aumentar el stock de capital. Para que ocurra esto último se necesita que resurja el crédito. Esa sería la tarea para el 2003.
–Usted dijo que el retraso cambiario era un cáncer para la Nación. ¿Cómo definiría la situación actual, con el tipo de cambio tan alto?
–Lo que digo es que los problemas no se resuelven con maquillajes cambiarios sino con producción y trabajo. Todos los períodos de atraso cambiario fueron muy negativos para el país. En los ‘90 hubo una ficción que generó un bienestar efímero, sustentado en un gigantesco endeudamiento externo. Esa deformación fue la principal causa de la ruina de numerosas industrias y de la destrucción de las economías regionales. Posiblemente, el tipo de cambio que tenemos hoy esté por arriba del nivel de equilibrio de largo plazo, pero el país necesita un período lo suficientemente largo con tipo de cambio alto para asegurar el desarrollo de los sectores productivos.
–¿Cuál sería el nivel de equilibrio?
–No lo sé, pero seguramente por debajo del actual.
–¿La reactivación podría verse amenazada si no hubiera acuerdo con el FMI?
–Creo que más tarde o más temprano el acuerdo con el FMI va a salir. Lo importante es que sea un acuerdo cumplible.
–El Gobierno dice que el Fondo le corre el arco.
–Me parece bien que quiera firmar sólo algo que se pueda cumplir. Es la única forma de asegurar que se respetarán los compromisos y de demostrar que somos un país confiable.
–¿Cómo evalúa la actitud del FMI?
–Francamente no la entiendo. Creo que finalmente habrá acuerdo.
–Usted dijo que la UIA volverá a trabajar con el sector financiero. ¿Será como lo hizo en los ‘90?
–No queremos recrear experiencias pasadas. No estamos pensando en rearmar el Grupo de los Ocho al viejo estilo, en el sentido de discutir políticas económicas. Pero queremos juntarnos con todos para resolver problemas concretos. Si hay cuestiones que arreglar con el sector financiero, cómo no nos vamos a sentar. Desde ese aspecto es que somos absolutamente dialoguistas.
LUIS BECCARIA
“El empleo no crecerá”
Luis Beccaria, ex titular del Indec, hoy investigador de la Universidad de General Sarmiento, describió a Página/12 un panorama desalentador respecto del futuro inmediato de la crisis del mercado laboral.
–¿En qué medida la recuperación económica puede revertir la crisis del empleo?
–Las perspectivas para el corto plazo no son buenas. Serían peores si no creciéramos, pero no hay motivos para entusiasmarse. Partimos de una situación muy compleja, no sólo por la desocupación. La mitad de los ocupados tiene puestos de muy baja calidad, con salarios bajísimos. Esto no cambiará en años. A la salida de una recesión los empresarios siempre intentan ajustar sus requerimientos de trabajo apelando primero a las horas extras y a las contrataciones temporarias. Partimos de una situación tan mala que cualquier mejora será una gota en el océano.
–Si el sector privado no puede revertir la crisis de ocupación, ¿el Estado debería aumentar la contención social?
–Seguramente. Específicamente respecto del empleo, lo que el Estado puede hacer es desarrollar políticas en las que el empleo sea el centro. Por ejemplo, mediante planes de obras públicas, que en el corto plazo son los que más puestos de trabajo generan.
–El Gobierno no parece estar pensando en grandes planes de obras públicas.
–Es cierto que la discusión de este momento para un gobierno de transición no es el empleo sino cómo asegura las consistencias macroeconómicas. También es cierto que hay restricciones fiscales importantes. Para decirlo claramente: no soy optimista con respecto al empleo el año que viene. Quizás lo peor ya pasó en términos de destrucción de puestos de trabajo, pero hay que tener en cuenta que todos los años se incorpora fuerza de trabajo por el crecimiento de la población. Y en términos de la calidad del empleo no se puede decir que lo peor haya pasado.
–¿Cuándo se apreciará una mejora de la situación laboral?
–Para que se note una mejora importante habrá que esperar mucho. No sólo tres o cuatro años, sino mucho más. Supongamos que la economía crezca al 6 por ciento anual. Por cada punto de suba del PIB el empleo aumenta entre 0,3 y 0,4 por ciento. Esto da entre 1,8 y 2,4 por ciento. Pero hay un crecimiento de la población activa, sólo en las zonas urbanas, del 1,2 por ciento anual. Esto demuestra que pasarán muchos años para que se note una mejora sustancial en términos de desempleo. Y hay que ver cuál es la calidad del crecimiento, porque entre 1995 y 1998, cuando la economía creció, los puestos de trabajo precarios aumentaron más que nunca.
–El aumento de la precariedad coincidió con el período en que se aprobó la flexibilización laboral.
–Efectivamente. La flexibilización fracasó como herramienta para reducir el desempleo e hizo subir la precariedad.
Nota madre
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