“Cuando me entreviste con el señor (Hoerst) Koehler, le voy a decir lo que estoy diciendo acá, que me parece un error no actuar de una manera más firme apoyando a Argentina.” Así el presidente brasileño saliente, Fernando Henrique Cardoso, criticó ayer, durante la cumbre del Mercosur, al Fondo Monetario por no haber cerrado un acuerdo con la administración Duhalde. El respaldo de Cardoso parece haber envalentonado al Gobierno: en el mismo foro, el canciller Carlos Ruckauf advirtió que “los técnicos del Fondo están sembrando tierra y van a cosechar lodo”. Sea como fuere, en Economía reconocen que las relaciones con Washington están congeladas y que la renuncia de O’Neill difícilmente modifique la actitud del FMI hacia Argentina, al menos en el corto plazo.
“Creemos que Argentina hizo un esfuerzo fuerte; ha logrado avances reconocibles y existe dificultad por parte del Fondo para otorgar créditos al país. Es un error que no haya una postura más firme de apoyo”, disparó ayer Cardoso, durante una conferencia de prensa brindada en Brasilia, al concluir la cumbre de presidentes del Mercosur. Y agregó: “Esa actitud va a dañar más al mismo FMI porque su rol, a mi modo de ver, requiere una acción más rápida y firme en estas circunstancias”.
El presidente brasileño saliente prometió, además, transmitir esa impresión a Koehler, en la reunión que mantendría más tarde con el director gerente del Fondo, quien se encuentra de gira oficial por Brasil, Chile y Colombia.
El abierto aval de Cardoso a las gestiones que viene realizando la administración Duhalde para destrabar el acuerdo con el Fondo, fue bienvenido por la delegación argentina. Tanto es así que el canciller Ruckauf se animó a criticar a los burócratas del organismo como hasta ahora no lo había hecho ningún otro funcionario.
“En el mundo hay estupefacción ante la incapacidad de los técnicos del Fondo Monetario para ver que a Argentina hay que ayudarla a seguir reactivando, para que pueda cumplir sus compromisos y no pretender hundirla nuevamente en la recesión”, aseguró. En tanto, lanzó una dura advertencia: “Los técnicos del Fondo están sembrando tierra y van a cosechar lodo”, afirmó. “Es muy importante que se comprenda, como lo comprende la mayoría de los hombres que siguen la política latinoamericana, que el Fondo Monetario tiene que cambiar su postura”, imploró el canciller.
En el equipo económico están convencidos de que el staff de técnicos del Fondo, encabezado por Anne Krueger, vicedirectora del organismo, no tiene ningún interés en cerrar trato con el gobierno de Duhalde. Y que seguirán imponiendo condiciones ad infinitum con tal de mantener el estado de “negociación permanente”.
De ahí que el ministro Lavagna suela decir en las últimas semanas que los aspectos técnicos de la negociación “están cerrados”, y que, ahora, todo depende de una decisión política de los países representados en el directorio del FMI. El problema es que a ese nivel los votos están muy divididos. Si bien Estados Unidos y países como Brasil y Francia avalan un eventual acuerdo, otros gobiernos europeos –como el alemán o los Países Bajos– siguen oponiéndose firmemente.