ECONOMíA • SUBNOTA
“Los que estuvimos de acuerdo con el canje de deuda de 2005 también lo estamos ahora, cuando la operación podría finalizar definitivamente. Todo lo que pueda reducir causas que generen agresiones al país es positivo. Elimina un foco de conflicto complicado como son los holdouts y el acceso al financiamiento más barato, en un contexto donde se usa cualquier excusa para cobrarle más a la Argentina. Como comparación, a Irlanda se le cobra menos que a nuestro país, lo que es irracional desde el punto de vista económico. Sucede que hay una intencionalidad política en los mercados. Es probable que la reapertura contribuya a que algunos sectores puedan conseguir financiamiento más barato. Es cierto que los movimientos especulativos pueden incrementarse al afianzar la relación con el mercado financiero internacional. Pero para combatirlos se puede tener una política en relación con los capitales volátiles, evitando el ingreso de corto plazo. Distinta es la política que se debería tener hacia los de largo plazo, que pueden ser beneficiosos dado que el sistema financiero local no es útil para prestar en esas condiciones. Por otro lado, es cierto que este canje va a implicar pagos reduciendo las reservas, pero no serán inmediatos sino en un lapso considerable.”
* Docente e investigador de la UBA y la UNGS.
“En 2005 se estableció la quita original, con una adhesión importante, aclarando que la apertura del canje era por única vez. Esta reapertura, en principio, violenta aquella medida, que se suponía que sería el cierre definitivo. Pero hay una diferencia con respecto a 2005. Aquella vez el canje fue un medio para avanzar en una estrategia de desendeudamiento. En cambio, esta reapertura tiene como objetivo explícito volver a los mercados internacionales, volver a endeudarse. En este sentido, lo central es preguntarse para qué la Argentina quiere volver a los mercados. Una posibilidad sería para refinanciar los vencimientos de capital, prosiguiendo con una estrategia global de bajar el ratio deuda/PBI. Pero otra muy distinta es utilizarlo para financiar gasto corriente. Es decir, hay que preguntarse si se va a refinanciar ocasionalmente o si volvemos a la dependencia crónica del financiamiento externo, que trajo pésimos resultados. Por otro lado, creo que a partir de solucionar la situación con estos acreedores que no entraron en 2005 la tasa de interés puede bajar. Pero la tasa mide esencialmente la capacidad de repago de la economía, lo que en realidad depende en buena medida de las cuentas fiscales.”
* Investigador del Cenda.
* Econométrica.
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