El mercado de créditos sigue dominado por los préstamos al consumo. Según datos del Banco Central, los préstamos en pesos a las familias representaron en abril de este año 69.623 millones de pesos, mientras que los créditos a las empresas promediaron los 56.244 millones de pesos, el 44,7 por ciento del total de las financiaciones en pesos. El objetivo del Gobierno es equiparar la balanza hacia los sectores industriales y exportadores, de ahí el anuncio que realizó ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En abril, los préstamos en pesos al sector privado no financiero mostraron un incremento en el promedio mensual del 3 por ciento, mientras que en relación con los niveles observados un año atrás, la financiación con destino a las empresas registró un incremento del 14,7 por ciento (7204 millones de pesos).

El incremento más significativo se dio en la línea de adelantos en cuenta corriente con una expansión del 6,1 por ciento (999 millones de pesos). Los documentos, la línea más importante para este sector, aumentaron su monto un 2,9 por ciento (678 millones de pesos) con respecto a marzo mientras que los préstamos hipotecarios y las otras líneas de financiamiento presentaron subas del 0,5 y 1,9 por ciento respectivamente. A partir de la nueva línea crediticia, el Central apunta a potenciar las inversiones (y su financiamiento) en alta tecnología para los procesos productivos.

Según los últimos datos publicados por el Banco Central (febrero 2010), se mantiene el crecimiento de los préstamos para las pequeñas y medianas empresas. La banca pública y la privada incrementaron el financiamiento hacia este sector en el orden del 19 y 23 por ciento respectivamente. El Departamento Pymes de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires estimó, sin embargo, que en abril de este año el financiamiento al sector a través del mercado de capitales disminuyó con respecto a marzo, con un nivel de 77,9 millones de pesos.

Por otro lado, los préstamos a empresas en moneda extranjera fueron en abril 5410 millones de dólares, una variación negativa en la comparación interanual del 3,6 por ciento.